Lopez Obrador pone en riesgo a peridista Anabel Hernandez
DW/El Discurso
Lunes, 22 de Julio de 2024
Si algo me sucede resonsablizo AMLO Anabel Hernandez. Foto Especial
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Las recientes informaciones que entrego como informe a los familiares de los 43 noramalistas desapareciddos, donde el Presidente López Obrador exime de culpablidad al ejercito mexicano de los hechos de Iguala Guerrero donde fueron asesinados y Desaparecidos 43 Estudiantes Normalistas de la Escuela Isidro Burgos en Ayotzinala Guerrero, ademas toma como ejemplo el libro de la peridista Anabel Hernández para justificar y fundamentar estas aceveraciones.
El Presidente Lopez Obrador directamente responsabliza a la comunicadora de ser la fuente principal de estos ataques contra el Ejercito y su persona afirmando que en su reciente libro La Historia Secreta Amlo y el Cartel de Sinaloa lo vincula diectamente con narcotaficanes que le dieron millones de dolares durantes sus campañas para llegar a la silla presidencial.
El testimonio de la comunicadora en su libro La noche de iguala nos presenta un testimonial de primera mano, donde en entrevista con el peridista Pablo Morrugares assinado en Iguala Guerreo la madrugada del 2 de Agosto del 2020, era testigo clave del involucramiento del ejercito mexicano en esa fatidica noche de noviembre del 2014.
Anabel Hernandez narra para DW. Cuando escuché la noticia me quedé en shock por varios minutos. Debo confesar que quise dudar que fuera él y llamé a una persona que lo conocía para confirmar. En ese momento mi mente regresó a una estancia blanca ubicada en algún lugar de Iguala en noviembre de 2014.
Eran los primeros días de mi investigación sobre el caso de los 43 normalistas de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y desde que llegué a Iguala varias personas me habían sugerido hablar con Pablo Morrugares porque él había estado haciendo su trabajo de periodista en las calles de la ciudad el 26 y 27 de septiembre cuando ocurrió el ataque y desaparición.
Finalmente se dio la cita en aquella estancia blanca. Llegó amable y cordial, pero con reservas, no nos conocíamos y él sabía que lo que había visto y registrado esa noche era peligroso. Lo que me reveló fue muy importante en la investigación.
Como el propio Pablo hizo público él vivía cerca de la calle Juan N Álvarez donde ocurrió el ataque contra tres de los cinco autobuses en los que viajaban los normalistas de Ayotzinapa. De esa calle desaparecieron al menos 20 estudiantes.
Pero también fue ahí en la calle Juan N Álvarez donde a la medianoche del 26 de septiembre ocurrió el último ataque armado contra los estudiantes y cayeron heridos sobre la calle Daniel Solís de 18 años, y Julio César Ramírez de 23.
En esa misma vía, cerca de la una de la mañana, el Capitán José Martínez Crespo del 27 Batallón de infantería llegó al hospital Cristina donde se refugiaban normalistas sobrevivientes de la masacre y pedían auxilio médico. Ahí el militar fotografió, registró y amenazó a los normalistas en vez de darles protección y ayuda.
Los militares mataron y mintieron
El gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto había dicho que el contacto de los militares con los estudiantes en el hospital había sido el primero y último durante esa noche. Y que les habían dado ayuda.
Mintió, como varios meses después descubrió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y tribunales en México. Yo pude saber antes que mentía, y lo confirmé, gracias a Pablo Morrugares.
Como ya lo he reiterado, la primera persona que me habló del Capitán Martínez Crespo y que estaba activo en las horas de los ataques fue el juez de barandilla Ulises Bernabé García, a quien una Corte de Arizona le dio asilo político a principios de este año.
Pero fue Morrugares quien me lo confirmó, y me reveló la actitud cruel y criminal de los militares contra los estudiantes. Pablo no lo dijo, pero lo que él me describió y me mostró en imágenes era que claramente el Ejército esa noche había salido a desaparecer o a matar estudiantes.
Luego del ataque de la medianoche en Juan N Alvarez, Pablo se encontraba en la esquina donde se estaba un pequeño supermercado. Había escuchado toda la balacera y había presenciado junto con otras personas la cacería de personas vestidas de civil con apariencia militar en contra de los estudiantes.
Desde ahí vio directamente cómo dos vehículos militares se pararon en la esquina de Juan N Alvarez y Periférico, descendieron hombres uniformados y en vez de dar auxilio a Daniel y a Julio César les apuntaron con el rifle que portaban y los patearon para confirmar que estuvieran muertos. Después volvieron a abordar sus unidades y pusieron los vehículos en marcha.
Al narrarme eso, Pablo estaba verdaderamente conmovido. Me mostraría después las fotografías y videos que había tomado. Un archivo valiosísimo para poder desentrañar la verdad de lo que sucedió en Iguala. Nos volveríamos a ver meses después.
Yo había obtenido documentos militares, y quería volver a ver las imágenes que me había mostrado y las horas registradas en el archivo de ?propiedades? de las fotos para contrastar la información. Minuciosamente el periodista me repitió su testimonio.
?La Verdadera Noche de Iguala?
Gracias a Pablo Morrugares pude hacer la reconstrucción de uno de los momentos más simbólicos, cruentos, y que incriminan sin lugar a dudas al Ejército en los hechos ocurridos esa noche en Iguala.
A continuación transcribo los primeros párrafos del capítulo ?Noche de Perros?, del libro de mi autoría La Verdadera Noche de Iguala. La historia que el gobierno trató de ocultar:
Transcurren los primeros minutos del 27 de septiembre de 2014. En la calle Juan N Alvarez Acaba de ocurrir el tercer ataque contra los normalistas; en las calles aledañas, hombres vestidos de civil con aspecto militar descienden de camionetas SUV oscuras para perseguir estudiantes. En ese momento desaparece Julio César Mondragón, a quien encontrarán horas después con el rostro desollado.
De pronto, en esa esquina se presenta un escuadrón del 27 Batallón de Infantería integrado por 14 elementos que llevan chaleco antibalas, cascos, rifles de asalto G3: viajan en dos vehículos Cheyenne de la Sedena. Comandan al grupo el capitán segundo de Infantería José Martínez Crespo, y, en segundo rango, el subteniente de infantería Fabián Alejandro Pirita Ochoa. Al menos, uno de los vehículos lleva en el techo una metralleta bajo el control de un soldado?
El escuadrón se detiene donde yacen mojados e indefensos los normalistas Daniel Solís y Julio César Ramírez; en el lugar no hay ninguna otra autoridad y los militares actúan a sus anchas, asumen que no hay testigos. Tres elementos bajan del vehículo; uno de ellos dirige su G3 hacia los dos jóvenes y a los otros dos los patean con fuerza. No les ofrecen auxilio, no llaman a una ambulancia o al Ministerio Público. No hay conmiseración, ni siquiera se inmutan ante el horror que se observa alrededor? Enseguida los vehículos militares se marchan cobijados por la oscuridad?
Gracias a la importancia del testimonio de Pablo me avoque a buscar los documentos que pudieran corroborarlo. Con los archivos oficiales que obtuve pude corroborar las horas exactas en que el pelotón del capitán Martínez Crespo pasó por esa esquina, eran las mismas que habían quedado registradas en fotos y videos de Pablo Morruganes.
Hoy hablo de esto porque es primordial y urgente que el gobierno de México de Andrés Manuel López Obrador proteja la vida de la familia de Morruganes. Es su obligación no dejarlos solos.
E independientemente de las diversas líneas de investigación que puedan seguirse respecto a su infame homicidio se debe tomar como una línea de investigación y posible móvil de su homicidio la información que él tenía de lo ocurrido en Iguala, los hechos de los que fue testigo y el importante archivo fotográfico y video.
El asesinato de Pablo Morrugares ocurre en el contexto de una etapa crucial en el caso Ayotzinapa y los hallazgos que está encontrado la llamada Comisión de la Verdad.
Gracias Pablo por tu puntualidad, por la certeza de tu información. Porque gracias a esto ayudaste a clarificar una de las escenas más crueles de esa noche. Tu no lo sabías, yo lo descubrí después con la autopsia de Daniel Solís y Julio César Ramírez que cuando viste con tus propios ojos como esos militares les apuntaron con el arma y los patearon heridos en el suelo, al menos uno de ellos muy probablemente aún tenía un aliento de vida.
Eso implicaría que se podría responsabilizar directamente a ese pelotón del Capitán José Martínez Crespo, al menos de ese homicidio.
En entrevista la Comunicadora Anabel Hernandez con Carmen Aristegui responsabliza directamente a Andres Manuel Lopez Obrador por su seguridad y la pone a tiro por acusarla de ser la informante de la DEA contra el Ejercito Mexicano y de segun el politico tabasqueño ser la fuente de desasibilizacion de su acutal administracion.