México: Fox hereda violencia creciente vinculada al narco
AP
Martes, 28 de Noviembre de 2006
El presidente Fox hereda violencia creciente vinculada al narco en varias ciudades de México. Foto:PI/Jose ROSALES
|
|
ver galería
|
Mexico. 28 de noviembre. El éxito de la administración del presidente Vicente Fox en la captura de capos de la droga ha tenido, paradójicamente, un costo muy elevado: una espiral de violencia creciente entre cárteles del narcotráfico que ha rebasado la capacidad de respuesta del gobierno en algunos lugares.
Los grupos del narcotráfico han asolado varias ciudades de por lo menos seis de los 32 estados del país en las que se han registrado ejecuciones, decapitaciones y enfrentamientos con armas de alto poder, que se atribuye a la búsqueda de control de los espacios dejados tras la captura de sus líderes.
A falta de estadísticas oficiales, la prensa y algunos gobiernos estatales han hecho su propio recuento durante los seis años del gobierno de Fox: más de 8.000 muertes.
El procurador general Daniel Cabeza de Vaca describió hace unos días algo que desde hace meses era obvio: "Estamos en una cresta, en un pico de violencia".
"Ciertamente el sexenio de Fox termina mal... han aumentado las ejecuciones paradójicamente como resultado directo de los éxitos en la captura de los líderes de la droga", comentó a la AP Jorge Chabat, especialista en narcotráfico del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Estadísticas de la Procuraduría General de la República (PGR) señalan que al menos 16 líderes de los siete carteles han sido capturados en el sexenio, además de decenas de sicarios, lugartenientes y operadores financieros.
El gobierno ha dicho que las capturas desataron una guerra entre los distintos grupos por ocupar esos puestos y una disputa por nuevos terrenos para traficar.
La batalla ha estado encabezada por dos de los carteles: el de Sinaloa, encabezado por Joaquín "El Chapo" Guzmán que se fugó en 2001 de una prisión de máxima seguridad, y el del Golfo, cuyo principal líder Osiel Cárdenas fue detenido en 2003.
Los principales escenarios han sido los estados de Michoacán, en el centro del país, y Guerrero, en el sur.
Apenas la semana pasada, un grupo identificado como "La Familia" y que la PGR ve ligado al Cártel del Golfo pagó anuncios publicitarios en diarios de Michoacán para autoproclamarse como una organización que erradicará la venta de drogas y el secuestro en el estado.
El grupo, de hecho, se ha adjudicado varias acciones sangrientas en el estado como las ocurridas el 6 de septiembre cuando hombres armados irrumpieron en un bar de la ciudad de Uruapan y arrojaron cinco cabezas cercenadas en la pista de baile.
El procurador advirtió que "La Familia" es parte de "los mismos delincuentes tratando de ponerse otra cabeza".
Para analistas, la violencia también muestra las fallas del gobierno para enfrentar el fenómeno del narcotráfico.
"Antes de haberse lanzado a capturar a estos capos, el gobierno debió haber fortalecido el sistema de seguridad, las políticas, el sistema judicial y el sistema de prisiones para lidiar precisamente con los efectos de las capturas", señaló Chabat.
Una de las principales críticas al gobierno de Fox es su incapacidad para coordinar a las policías estatales y municipales, que en muchas localidades han sido infiltradas por la delincuencia organizada.
El periodista y especialista en el tema Jorge Fernández, comentó a la AP que para la operación del narcotráfico "se necesita un poder local muy amarrado", y esa fuerza se la ha dado precisamente su contaminación de las policías locales.
El gobierno ha repetido una y otra vez que el Estado no ha sido rebasado por la afrenta del narcotráfico y el crimen organizado.
"No es que el estado haya quedado rebasado y se haya convertido en un narcoestado, pero que el Estado no tiene capacidad para operar en muchos lugares es una verdad", dijo Fernández.
Además de Michoacán y Guerrero, los estados fronterizos de Nuevo León, Tamaulipas y Baja California así como el sureño de Tabasco se han visto afectados por la ola de ejecuciones que no parece tener fin, al menos en el corto plazo.