Impulsa la UNAM reconocimiento y aprendizaje de la medicina tradicional
El Discurso
Viernes, 25 de Agosto de 2017
El reconocimiento a la medicina tradicional en México no ha sido fácil. Llevamos más de 30 años impulsando su estudio, pues aún es motivo de burla. Foto: PI / Francisco Gomez
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El reconocimiento a la medicina tradicional en México no ha sido fácil. Llevamos más de 30 años impulsando su estudio, pues aún es motivo de burla el que los pacientes hablen de empacho, mal de ojo, susto o caída de mollera, pero son enfermedades populares entre nuestra población, no sólo en el país, sino en toda la América Latina, afirmó Roberto Campos Navarro, médico antropólogo.
Al participar en el segundo conversatorio organizado por la oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas, como parte de la conmemoración por el Día Internacional de los Derechos de los Pueblos Indígenas, destacó que la medicina que se práctica en hospitales y consultorios sigue considerando como una tontería, una superstición y un primitivismo concepciones ancestrales como el mal de ojo, que incluso proviene de otras culturas, no sólo las prehispánicas.
Destacó que desde 1985 se impulsa el estudio de la medicina tradicional en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde para sorpresa de los alumnos descubren que no vamos a hablar de ruinas arqueológicas, sino de enfermedades que enfrentarán en el consultorio, y que deben saber reconocer.
Explicó que una de los métodos de aprendizaje es solicitar a los alumnos adquirir cerca de sus domicilios, en los mercados públicos, hierbas curativas y remedios que se emplean para la cura de males como el empacho o el susto. La sorpresa es que reconocen que en cualquier barrio del Valle de México se pueden localizar, y que están presentes, como parte de los conocimientos ancentrales. Por ello, invitamos a expertos herbolarios para que clasifiquen las plantas y enseñen esos conocimientos a los futuros médicos.
Campos Navarro destacó la experiencia con el uso de hamacas en los hospitales y los exitosos resultados alcanzados durante más de 10 años. Aunque reconoció que en 2007 su empleo fue suspendido por decisión de una autoridad del sector salud, ahora se está retomando con un marco normativo muy claro, y porque se comprobó que es benéfico para los pacientes.
Sin embargo, destacó que para sus colegas médicos no cabe la idea de que efectivamente hay personas que se enferman de empacho y no de un mal clasificado como gastroenteritis aguda.
Hay enfermedades populares, que sólo están presentes en la cosmovisión de los pueblos indígenas, para quienes la cura de un mal de susto implica un complejo ritual que tiene que ver con su concepción del mundo, pero en las ciudades nos encontramos con que se impone una sola visión, la de Occidente y la judeo-cristiana, que no admiten estas ideas, expresó.