Demandan en Oaxaca liberación de dirigente de protestas
Mark Stevenson/AP
Miercoles, 06 de Diciembre de 2006
Sosa fue detenido la noche del lunes en la ciudad de México con la finalidad de reanudar el diálogo con el gobierno. Foto PI/Arturo Ramos GUERERO
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México, 6 de diciembre. Manifestantes de izquierda en la ciudad de Oaxaca demandaron el martes que el gobierno libere a su dirigente Flavio Sosa, amenazando con tomar nuevamente las calles de la ciudad colonial si no es así.
Antes de un encuentro a puerta cerrada con funcionarios de la Secretaría de Gobernación en la ciudad de México, miembros de la Asamblea del Pueblo de Oaxaca dijeron que exigían la liberación de su dirigente Sosa, detenido la noche del lunes por daños a la propiedad, lesiones y secuestro, con relación a la toma del centro de Oaxaca que hicieron los manifestantes a lo largo de cinco meses.
Sin embargo, una declaración de prensa posterior a las conversaciones del martes emitida por la secretaría asienta que Sosa tendrá que responder a los cargos en su contra, junto con otros tres detenidos.
Otro dirigente de los manifestantes, Zenen Bravo, calificó el diálogo del martes como un importante primer paso, pero dijo que el movimiento mantendrá su demanda por la renuncia del gobernador Ulises Ruiz, a quien se acusa de atacarlos.
Aunque las detenciones parecen señalar la determinación del gobierno del nuevo presidente, Felipe Calderón, de reprimir la violencia en México, Gobernación expresó que las autoridades se mantenían abiertas a dialogar para encontrar una solución al caso de Oaxaca.
Sosa fue detenido la noche del lunes en la ciudad de México junto con su hermano y otros dos hombres, horas después de dar una conferencia de prensa en la cual decía que llegó a la ciudad con la finalidad de reanudar el diálogo con el gobierno.
Según lo citó el diario El Universal, Sosa indicó durante su primera audiencia judicial que él no era el dirigente del grupo de inconformes, el cual dijo es manejado por un consejo de líderes. En cambio, dijo ser miembro del Partido de la Revolución Democrática, el cual acusa a Calderón de haberle arrebatado la presidencia a su candidato, Andrés Manuel López Obrador.
Funcionarios del PRD, quienes han buscado acercarse a los manifestantes de Oaxaca luego de que inicialmente trataron de mantener la distancia respecto a ellos, dijeron el martes que apoyarán la causa de Sosa y participarán en una marcha el domingo, en demanda de la liberación de 170 activistas detenidos durante las manifestaciones en Oaxaca. Los inconformes dicen que son 220 los detenidos.
La mayor parte de ellos fueron arrestados por causar incendios, levantar barricadas, bloquear calles o atacar a la policía.
Tomás Basaldu, líder estatal del PRD en Oaxaca, dijo que se reuniría con los promotores de las manifestaciones. "Tomaremos medidas en los próximos días", afirmó.
El conflicto estalló a fines de mayo, cuando los maestros se declararon en huelga para pedir un aumento de salarios, y pronto se convirtió en un movimiento mucho más amplio, que incorporó a grupos indígenas, campesinos y sectores izquierdistas que dicen que Ruiz ganó las elecciones con fraude y reprimió a sus opositores.
A fines de octubre el presidente Vicente Fox envió a la Policía Federal Preventiva para sofocar las protestas. Si bien en los últimos días ha reinado la calma, un portavoz de los manifestantes, Florentino López, declaró el lunes a la AP que el movimiento podría volver a las calles este fin de semana para reclamar la liberación de Sosa.
Sosa, cuya semblanza corpulenta y barbuda se convirtió en símbolo de los disturbios, bloqueos y protestas que paralizaron Oaxaca por varios meses, parece una persona de hablar tranquilo. Sin embargo, de acuerdo con las autoridades es conocido por el uso de la violencia, dañar propiedad privada y caminos públicos, además de quemar vehículos y edificios en la ciudad de Oaxaca.
Sosa fue llevado a una prisión de máxima seguridad al oeste de la ciudad de México, que alberga a algunos de los reos más peligrosos del país.
Aunque Oaxaca poco a poco recupera la atmósfera que solía atraer a los turistas, el resentimiento continúa llenando su ambiente.
Sosa dijo el lunes que la situación en Oaxaca, 520 kilómetros al sureste de la ciudad de México, podría generar un conflicto armado, pero él espera que no ocurra.