Cancún lucha para salvar sus playas de la erosión
Julie Watson/AP
Domingo, 11 de Marzo de 2007
En una campaña acelerada para atraer turistas después del huracán Wilma, el gobierno mexicano gastó 19 millones de dólares. Foto AP
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Cancún, México, 11 de marzo. Un año después que México gastó millones de dólares para restaurar sus playas devastadas por un huracán, el balneario de Cancún vuelve a librar una batalla contra la madre naturaleza. La erosión ha reducido la franja de arena al punto de que las olas de la marea alta se abaten sobre los patios de algunos de los hoteles recientemente renovados.
En una campaña acelerada para atraer turistas después del huracán Wilma, el gobierno mexicano gastó 19 millones de dólares para dragar el lecho del océano y reconstituir 12 kilómetros de playa con 2,7 millones de metros cúbicos de arena.
Cuando se completó el dragado, las playas eran casi el doble de lo que habían sido antes del huracán y los turistas volvieron masivamente a los hoteles renovados.
Un año después las playas han vuelto a reducirse a menos de 20 metros a media marea en la zona turística.
La mayoría de las secciones de la playa siguen tan anchas como antes del impacto del huracán, aunque en algunos lugares la franja de arena es inferior a los 10 metros de ancho y el mar sigue socavando implacablemente lo que queda, dijo el biólogo Alfredo Arellano, director en Yucatán de la Comisión de Zonas Naturales Protegidas, una agencia del gobierno.
Las autoridades de turismo, promotores inmobiliarios y otros inversionistas privados sabían que la erosión sería un problema, y se están preparando para instrumentar una solución a largo plazo. Planean lanzar un plan público y privado para el reacondicionamiento de las playas y la construcción de un arrecife artificial frente a las costas para ayudar a mantener la arena. Mientras tanto, se han colocado barreras de bolsas de arena en la playa y tuberías a unos 10 metros de la costa en el agua.
Pero los ambientalistas advierten que dichos esfuerzos serán inútiles mientras sigan construyéndose hoteles en la costa y despejando la vegetación cuyas raíces solían contribuir a mantener la arena en su lugar. Han gestionado ante las autoridades de turismo y los promotores de bienes raíces para que instalen una franja de 10 metros de plantas nativas con senderos entre los hoteles y la playa, aun en zonas ya desarrolladas.
"El tipo de construcción que se lleva a cabo está haciendo que las playas se erosionen a un ritmo mucho más rápido", dijo Patricio Martín, director de la sucursal en Quintana Roo del Centro de Derechos Ambientales.
Cancún ha presenciado una ola de construcciones desde que Wilma hizo impacto en octubre del 2005, destruyendo casi completamente la playa y dejando al descubierto rocas irregulares a lo largo de un tramo de 12 kilómetros.
Los propietarios de hoteles respondieron con la mayor remodelación de Cancún hasta el momento, un esfuerzo de 1.500 millones de dólares que devolvió el balneario al segundo lugar en la lista anual de principales destinos de las vacaciones primaverales después de haber caído al octavo puesto el año pasado. MTV planea regresar y la ocupación de habitaciones en los hoteles supera el 85%.
La Oficina de Convenciones y Visitantes de Cancún dice que las playas suelen erosionarse durante los meses del invierno, cuando los vientos y las corrientes son más intensos, y que las playas vuelven a la normalidad durante el resto del año.
Pero los ambientalistas afirman que la erosión se ha agravado desde la década del 70, cuando el gobierno mexicano empezó a cambiar la cara de la playa con plantaciones de cocoteros que llegaban hasta el famoso balneario. Los promotores obstruyeron la barrera natural de la isla que vinculaba el mar con una laguna interior.
El resultado fue que las corrientes que solían fluir suavemente hacia adentro y afuera ahora embisten la tierra y succionan la arena al mar.
"Es muy difícil replicar la dinámica natural de la costa. No se sabe cómo va a reaccionar", dijo Martin.
De todos modos los turistas parecen complacidos con el Cancún que ven hoy. Aunque siguen llegando estudiantes de vacaciones con sus ruidosas reuniones, concursos desnudistas y alcohol, la ciudad se ha transformado notablemente en un balneario más moderno que ahora atrae a más parejas y familias.
"Todas las palmeras son nuevas", dijo Antonio Pitta, director para Latinoamérica de Cheaptickest.com y Orbitz.com.
Janet Ricciuti, ejecutiva canadiense de pompas fúnebres, dijo que la arena es un poquito marrón y que hay más musgo y conchas que en el pasado.
"Pero sigue siendo encantadora", agregó Ricciuti, que disfrutaba de un baño de sol mientras las aguas de color turquesa le acariciaban los pies. "Cualquier cosa es preferible a las lluvias que hay donde vivo".