Calderón recibe economía estable pero en desaceleración
Juan David Leal/EFE
Jueves, 30 de Noviembre de 2006
| Felipe Calderón recibe economía estable pero en desaceleración. Foto:PI/Hector GARCIA
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México, 30 de noviembre.- El presidente electo de México, Felipe Calderón, recibirá un país con variables estables pero con una economía que nunca logró despegar y cuyos niveles moderados de crecimiento dan señas de desaceleración.
El actual presidente mexicano, Vicente Fox, que hoy finaliza su mandato, ha repetido que su principal logro económico es la estabilidad, lo que ha evitado que en su sexenio se presentaran crisis financieras, devaluaciones importantes de la moneda o fugas de capitales.
En este sentido, Fox supo dar continuidad a políticas de su antecesor, Ernesto Zedillo, al reducir la volatilidad en el tipo de cambio y lograr la estabilidad tanto de la inflación como de las tasas de interés.
Por ejemplo, la gestión prudente de la deuda pública permitió que México extendiera en solo siete años la curva de rendimientos de los bonos gubernamentales de un plazo menor a un año hasta alcanzar los 30 años, un lapso para el que ningún otro país de Latinoamérica emite títulos.
De enero de 2001 a julio de 2006 la inflación creció un 4,66 por ciento anual y la tasa de interés primaria alcanzó un nivel medio del 8 por ciento, según cifras del Gobierno.
El comportamiento de la economía se ha apoyado en la buena evolución de varios sectores, la vigorosa entrada de remesas y los altos ingresos petroleros que este año alcanzaron máximos históricos.
De enero a septiembre de 2006 las ventas de petrolíferos mexicanos en el mercado externo sumaron 36.472 millones de dólares y en el interno 36.968 millones de dólares, lo que indica que los ingresos de todo el año serán de alrededor de 100.000 millones.
No obstante varios analistas han llamado la atención sobre el hecho de que la deuda neta de Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa pública con el monopolio de la explotación de hidrocarburos, crece cada vez más y en la actualidad ronda los 44.400 millones de dólares.
En sectores como el turismo, México se mantuvo como el séptimo destino internacional y en 2005 recibió a 21,9 millones de turistas que dejaron 11.803 millones de dólares en divisas, un 9,3 por ciento más que el año previo.
Este año se espera que el país reciba más de 24 millones de visitantes extranjeros y capte ingresos por 13.000 millones de dólares.
Por su parte, datos del Banco de México (central) muestran que en 2005 el país recibió 20.034,9 millones de dólares en concepto de remesas.
Entre enero y septiembre de este año la cifra ya supera los 17.440 millones de dólares, lo que implica un aumento del 18,5 por ciento con relación al mismo periodo de 2005, lo que lleva a los analistas y al Gobierno a suponer que en 2006 se superarán los 20.000 millones de dólares.
Las exportaciones manufactureras, que representan el 81,5 por ciento de todas las exportaciones mexicanas, se incrementarán en un 18 por ciento en 2006, según la Secretaría de Economía (SE), y significarán 132.000 millones de dólares.
La SE calcula además que la inversión extranjera este año será de 20.000 millones de dólares, superando el promedio de los últimos seis años, de unos 19.100 millones de dólares.
Sin embargo, la economía no ha podido crecer a las tasas requeridas para evitar, entre otras cosas, que cerca de 400.000 mexicanos de promedio emigren cada año a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, lo que explica en parte el monto de las remesas que recibe México y el superávit en cuenta corriente.
Si bien el banco central prevé una expansión económica de entre el 4,3 y el 4,8 por ciento en el año en curso, la mayor en todo el sexenio de Fox, el crecimiento promedio anual apenas supera el 2 por ciento.
Además, se espera que la economía mexicana se desacelere y en 2007 crezca a tasas cercanas al 3,5 por ciento, acompañada de un progresivo debilitamiento de la economía de EEUU.
A este panorama de débil crecimiento económico, el próximo presidente de México, que mañana tomará posesión de su cargo, deberá añadir la apertura total de la economía mexicana en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
