Calderón es investido presidente en tensa y fulgurante ceremonia
Raúl Cortés/EFE
Viernes, 01 de Diciembre de 2006
Calderón cumplió su promesa de asistir al acto protocolario de toma de posesión en el Palacio de San Lázaro. Foto PI/Adrián DEL ÁNGEL
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México, 1 de diciembre.- Felipe Calderón fue investido hoy como nuevo presidente de México en la Cámara de Diputados, en una ceremonia fugaz y cargada de tensión por los intentos infructuosos de la izquierda de boicotearla.
Calderón cumplió su promesa de asistir al acto protocolario de toma de posesión en el Palacio de San Lázaro, la sede del legislativo, pese a que la Constitución mexicana establece que en el primer minuto del 1 de diciembre se da inicio al mandato presidencial, de seis años.
De hecho, hasta el último momento se especuló sobre la posibilidad de que el mandatario entrante y el saliente, Vicente Fox, no realizaran la transmisión de mando en el Congreso.
Especialmente porque la pasada medianoche, en la residencia presidencial de Los Pinos, Calderón asumió el poder en un extraño e inédito acto en el que un cadete militar recibió de manos de Fox la banda presidencial y otro entregó al nuevo mandatario una bandera nacional.
Según la Carta Magna del país, el presidente que abandona el cargo entrega la banda presidencial al titular del Congreso y éste debe dársela o ponérsela al que lo asume, lo que finalmente sucedió en el Congreso, como es tradición.
Desde el amanecer, los ciudadanos estuvieron pendientes de la tribuna de la Cámara de Diputados, en la que permanecían aún los legisladores del conservador Partido Acción Nacional (PAN, de Calderón y Fox) para asegurar la ceremonia y los del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) para impedirla.
Decenas de congresistas oficialistas y opositores de izquierda ocuparon ese espacio desde el martes, tras una confrontación as golpes, empujones e insultos, y no dejaron el lugar hasta que concluyó el acto solemne de esta mañana.
Los pitidos de la izquierda, que trajeron silbatos para la ocasión, anticiparon una nueva confrontación a las 08.00 hora local (14.00 GMT) de hoy, cuando se cumplió el plazo final de un pacto de no agresión que habían acordado el miércoles.
Aunque todo quedó en empellones y tirones, el repentino aumento de la tensión provocó que los mandatarios y personalidades extranjeras invitadas a la investidura, decidieran inicialmente dirigirse a un lujoso hotel del barrio residencial de Polanco en lugar de ir al Congreso, según varias fuentes de las 117 delegaciones.
Tras varios minutos de incertidumbre, los invitados foráneos, entre los que se encuentra el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, el ex presidente de EEUU George Bush, padre del actual, el colombiano Alvaro Uribe y varios gobernantes centroamericanos, llegaron al balcón de la cámara legislativa para observar la ceremonia.
En la ceremonia, que comenzó a las 09.47 horas locales (15.47 gmt), con diecisiete minutos de retraso, Calderón surgió como por arte de magia de un lateral de la tribuna, resguardado por decenas de efectivos del Estado Mayor Presidencial, el cuerpo de elite del Ejército que custodia a los presidentes mexicanos.
Segundos después lo hizo Fox, en una operación que debió de requerir de una gran coordinación y precisión entre la seguridad de ambos, camuflada con traje y corbata.
Pese a la amplificación de los altavoces, la voz de Calderón al tomar "protesta" (posesión) no logró apagar los gritos entre los legisladores del PAN, que lanzaron consignas como "Sí se pudo", y los del PRD, que corearon arengas como "presidente espurio" e "impostor".
Mientras esto sucedía, el ex candidato del PRD Andrés Manuel López Obrador celebraba una multitudinaria concentración con sus seguidores en el Zócalo (plaza principal) capitalino, a pocas manzanas del Congreso.
López Obrador, que perdió ante Calderón en las elecciones generales del pasado 2 de julio por una ínfima diferencia de votos, ha denunciado un fraude en la votación y lidera un "movimiento de resistencia civil pacífica" con protestas callejeras y acciones reivindicativas de sus legisladores afines.
El líder izquierdista, que el pasado día 20 se autoproclamó "presidente legítimo" del país y hasta ha nombrado un simbólico gabinete de ministros, convocó a sus seguidores a "marchar pacíficamente" hasta el Auditorio Nacional, cerca de la residencia presidencial.
Allí, Calderón realizará su primer discurso tras ser investido, algo de lo que muchos mexicanos dudaban.