Zapatero enfrenta tormenta por ETA
Paul Haven/AP
Miercoles, 17 de Enero de 2007
José Luis Rodríguez Zapatero asumió la presidencia española después de un atentado terrorista que sus predecesores adjudicaron a ETA. Foto:AP
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Madrid, España. 17 de enero. José Luis Rodríguez Zapatero asumió la presidencia española inesperadamente en el 2004, después de un atentado terrorista que sus predecesores adjudicaron a ETA aunque ésta lo desmintió.
Tres años después, un atentado que se adjudicó el grupo separatista vasco metió en serios problemas al gobernante socialista, que vio caer su popularidad a pesar de la pujanza económica de España y sus audaces reformas liberales. Aunque la mayoría de los líderes de ETA están en la cárcel y el apoyo al grupo disminuye, sigue siendo un espectro que atormenta a la conciencia española.
El letal atentado de ETA el 30 de diciembre con un coche bomba en el aeropuerto de Barajas hizo añicos los esfuerzos de Rodríguez Zapatero por alcanzar la paz y le dio a sus opositores un impulso en las preferencias electorales. Además, el presidente de 46 años de edad no ayudó a su causa al cometer una serie de errores políticos que han provocado nerviosismo incluso en algunos de sus aliados.
Rosa Diez, destacada integrante del Partido Socialista del País Vasco, dijo sentirse muy nerviosa en un editorial publicado por el diario ABC de Madrid la semana pasada, e indicó que aparentemente el presidente le tiene más confianza a la palabra de Josu Ternera, líder de ETA, que a la "información que le dan las fuerzas de seguridad".
De hecho, en ocasiones Rodríguez Zapatero pareció tropezar tras el ataque, pues en un principio dijo que la explosión sólo significaba la "suspensión" de las conversaciones con ETA, y luego asumió una posición más dura después de que se extrajeron los cadáveres de dos ecuatorianos de entre los escombros.
Además, esperó cinco días para visitar el lugar del atentado, una omisión que el Partido Popular opositor aprovechó rápidamente al enviar a su propio líder para que caminara entre los restos y estrechara la mano de los rescatistas.
Más recientemente, el presidente fue víctima de un desafortunado desliz verbal, cuando se refirió a la detonación de la bomba de 500 kilos como un "trágico accidente". Se corrigió rápidamente, pero no lo suficientemente rápido como para evitar que sus oponentes lo volvieran a ridiculizar.
Las encuestas de opinión, que desde hace años mostraron a los socialistas con una saludable ventaja, ahora tienen a la oposición ligeramente al frente. En un sondeo, siete de cada 10 españoles desaprobó la forma en que Rodríguez Zapatero ha manejado las negociaciones con ETA, así como la reacción del mandatario tras los atentados.
Ramón Cotarelo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Complutense de Madrid, dijo que el ataque lo hizo sentir inseguro y no pudo reaccionar con la debida rapidez.
Rodríguez Zapatero se ha mantenido firme en su posición en medio de la indignación generalizada, y el miércoles dijo que nunca descartará el diálogo con el grupo vasco, al tiempo que criticó a la oposición por dejar solo al gobierno en una cuestión de seguridad nacional.