La mayor protesta en 3 decadas exige el cese del premier checo
El Discurso
Lunes, 24 de Junio de 2019
Juzgando las fotos aéreas, parece que somos unos 250 mil, dijo al arrancar la manifestación Mikulas Minar, responsable de la organización no gubernamental (ONG).
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La mayor protesta en República Checa desde la caída del comunismo hace 30 años congregó ayer en Praga a unas 250 mil personas ?según los organizadores? para pedir la renuncia del primer ministro Andrej Babis, sospechoso de fraude.
Juzgando las fotos aéreas, parece que somos unos 250 mil, dijo al arrancar la manifestación Mikulas Minar, responsable de la organización no gubernamental (ONG) Un millón de momentos para la democracia, que organizó la movilización.
Los participantes confluyeron simbólicamente hacia la explanada de Letna, lugar memorable de gigantescas protestas contra el antiguo régimen comunista en 1989, en la que el dramaturgo y disidente Vaclav Havel, futuro presidente, se dirigía a la muchedumbre.
No estamos haciendo una revolución, pero queremos retomar los legados y los valores de 1989, declaró el vicepresidente de la ONG, Benjamin Roll.Investigado por desvío
El primer ministro Andrej Babis, de 64 años, dueño de la segunda fortuna del país y fundador del gigante agroalimentario Agrofert, fue investigado el año pasado en un caso de presunto desvío de 2 millones de euros de fondos europeos.
Los detractores de Babis lo critican también por su afiliación al Partido Comunista antes de 1989 y su presunta colaboración con la policía secreta del viejo régimen.
También se enfrentaría a un conflicto de intereses entre sus actividades políticas y empresariales, de acuerdo con borradores de auditoría de la Comisión Europea, cuyos extractos fueron filtrados a la prensa checa.
Según esas publicaciones Babis seguiría beneficiándose de la empresa Agrofert ?a pesar de que se desvinculó formalmente en 2017? mediante fondos fiduciarios controlados por su esposa. Pero el primer ministro niega con vehemencia el conflicto de intereses y ha calificado las auditorías como un ataque a su país.
La gestión de Babis es rechazada en especial en las ciudades más importantes del país, mientras que su discurso populista encuentra eco favorable en las regiones rurales y fronterizas, las más afectadas por la situación económica.