INTERNACIONALES: Debilitado por elecciones, Bush promete acercarse a demócratas
Terence Hunt/AP
Miercoles, 08 de Noviembre de 2006
La elecciones debilitaron el poder del Presidente Bush, ahora toca a los Democratas recuperar la credibilidad en el gobierno norteamericano. Foto:AP
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Washington, EE.UU. 8 de noviembre. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quedó debilitado y más aislado luego del gran triunfo de los demócratas, que recuperaron la mayoría en la Cámara de Representantes.
Por ello, el mandatario exhibió gestos de reconciliación e incluso capituló ante las demandas de sus adversarios políticos de retirar a su secretario de la Defensa, Donald H. Rumsfeld.
Sin embargo, la historia sugiere que en sus últimos dos años de gobierno abundarán los enfrentamientos y retos por cumplir.
Con excepción de algunos momentos, Bush había ignorado a los legisladores demócratas durante sus primeros seis años en la Casa Blanca y había empleado el poder de los republicanos para conseguir la aprobación de algunas de sus proyectos de ley en el Congreso.
Pese a que Bush llegó a Washington con la promesa de ser más un unificador que un divisor, las enconadas críticas y la animosidad entre los partidos sólo se agravaron.
Sin embargo, esto podría cambiar casi de inmediato. Se supone que Bush deberá olvidar que la legisladora demócrata Nancy Pelosi, quien se convertirá en la presidenta de la Cámara de Reprsentantes, lo llamó peligroso, incompetente y emperador desnudo.
Se espera que los demócratas olviden que Bush dijo que "el terrorismo ganará y Estados Unidos perderá" si los demócratas ganaban las elecciones del martes.
Bush invitó a Pelosi a un almuerzo el jueves. "Ella no va a abandonar sus principios como yo tampoco voy a abandonar los míos. Pero creo que tenemos una oportunidad para encontrar terreno común y poder avanzar", dijo el presidente.
El cambio de dirección política del presidente le fue dictado por el sacudón que sufrió el poder legislativo. Los demócratas repentinamente tienen la voz cantante en el Congreso, y controlan la Cámara de Representantes por primera vez en 12 años.
Asimismo, tienen garantizados 50 escaños en el Senado y consideran que el conteo final de votos en Virginia les dará una mayoría de 51-49.
Los demócratas, que ahora demandan tener voz al determinar la agenda nacional, quieren avanzar con propuestas que Bush ha rechazado, como elevar el salario mínimo, reducir las tasas de interés en préstamos para estudiantes, otorgar fondos para la investigación de células madre y autorizar al gobierno federal para negociar precios de medicamentos más justos para los pacientes del programa de Medicare (jubilación), entre otros.
Si Bush no está dispuesto a ceder, tendrá que sacar a relucir su poder de veto, que sólo ha utilizado una sola vez en su presidencia porque al contar en el Congreso con republicanos sumisos, sabía que le enviarían iniciativas que casi seguramente iba a poder firmar sin problemas.
Bush subrayó su disposición de considerar algunas de las ideas demócratas, como el salario mínimo, y buscar acuerdos para la aprobación de su propia agenda, como la enmienda de su ley educativa.
Sin embargo, también asegura que desea avanzar en el fortalecimiento de los poderes presidenciales, una área donde los demócratas consideran que el mandatario ya se ha excedido.
El presidente sugirió asimismo grandes cambios a las leyes de inmigración, bloqueadas hasta ahora por los republicanos de la Cámara de Representantes que exigen una ley más dura, y que ahora tendrá una mayor posibilidad de lograr su aprobación con un Congreso de mayoría demócrata.
Asimismo, el uso de fuentes alternas de energía también podría ofrecer espacio para negociación.