El referendo no lo para nadie, clamor en el Día de Cataluña
El Discurso
Martes, 12 de Septiembre de 2017
Las calles del centro de la ciudad lucieron abarrotadas este lunes, día de la Diada, fiesta nacional para celebrar el Día de Cataluña.
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Más de un millón de personas, de acuerdo con la Guardia Urbana, y 350 mil, según el gobierno español, salieron a las calles de Barcelona para dejar en claro que el referendo de independencia del próximo primero de octubre no lo para nadie, y exigir democracia, libertad y respeto al referendo independentista.
Advirtieron que llamarán a la desobediencia civil y no asumirán como propias las sentencias judiciales, medidas gubernamentales y requerimientos que vengan de Madrid con el propósito de bloquear o impedir la consulta en que Cataluña decidirá si quiere seguir perteneciendo al Estado español como una de sus 17 autonomías o prefiere convertirse en un nuevo Estado en forma de República.
Las calles del centro de la ciudad lucieron abarrotadas este lunes, día de la Diada –fiesta nacional para celebrar el Día de Cataluña–, para gritar al resto del mundo que esta pequeña región del noreste de la península ibérica, con más de 7 millones 500 mil habitantes repartidos en cuatro provincias y casi mil municipios, quiere votar el próximo primero de octubre.
Cataluña exige la celebración de un referendo de autodeterminación que culmine con un largo proceso de desencuentros, acusaciones y amenazas con Madrid, que ha provocado el rompimiento del diálogo.
El referendo es un sueño añejo de históricas fuerzas independentistas, como Esquerra Republicana de Catalunya y parte de los dirigentes de la extinta Convergencia Democrática de Cataluña.
El día más importante en el calendario oficial de Cataluña es el 11 de septiembre, día de la fiesta nacional que recuerda el día que cayó Barcelona a manos de las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión de 1714. Y es la fiesta nacional desde 1980, cuando una vez que cayó la dictadura franquista y se consolidó el Estado autonómico, el Parlamento catalán decretó ese día como su fiesta nacional y uno de los tres símbolos de la región, junto con la bandera catalana y el himno Cant dels segadors. Por eso, en la Diada se realizan numerosas actividades oficiales y políticas, incluso los partidos que no simpatizan con la independencia celebran esta fecha con fervor.
Desde hace seis años que ha crecido el movimiento separatista, la Diada es además el escenario donde las formaciones independentistas movilizan a sus partidarios. En la marcha del 2013 congregaron a cerca de 2 millones de personas, en lo que fue la manifestación más numerosa en la historia de Cataluña. En esta ocasión, la manifestación también fue masiva, a pesar de la guerra de cifras entre autoridades y organizadores.
Para la Guardia Urbana, la policía que depende del ayuntamiento de Barcelona, la marcha congregó a alrededor de un millón de personas, mientras para la Delegación del Gobierno –que depende del gobierno central de Mariano Rajoy– la cifra no superó los 350 mil.
En cualquier caso, en el transcurso del día, miles de ciudadanos protagonizaron una manifestación con ánimo festivo, en la que portaron banderas independentistas, carteles con lemas contra el Tribunal Constitucional y contra las amenazas lanzadas desde Madrid, pero sobre todo, alusivas al futuro Estado catalán que, según ellos, se creará después de la consulta ciudadana.
El primer minuto de la manifestación fue para guardar silencio por las víctimas de los atentados yihadistas de agosto pasado, en los que murieron 16 personas y alrededor de 130 resultaron heridas.
Al frente de la marcha los participantes llevaban una pancarta en la que se leía: referéndum es democracia, y otra columna llevaba un cartel con la palabra Sí en varios idiomas. La idea era que al final de la marcha se encontraran ambas columnas y ambos mensajes.
El presidente catalán, Carles Puigdemont, después de esta nueva demostración de fuerza, advirtió a Madrid: lo volvimos a hacer, hemos demostrado al mundo de manera festiva, masiva y pacífica el compromiso insobornable de los catalanes con la paz y la democracia. ¿Qué más tenemos que hacer para que se entienda que el pueblo de Cataluña quiere votar? En el Estado ha faltado política y han sobrado justicia, policía y cloacas, en referencia a la llamada guerra sucia que ha sufrido el movimiento separatista por parte de los servicios de inteligencia españoles y las fuerzas policiales.
Y, consciente de que las amenazas del Tribunal Constitucional y de los tribunales españoles son reales, lanzó una propuesta que sorprendió: Estamos dispuestos a negociar hasta el último minuto las condiciones del referendo. Si el gobierno quiere sentarse a dialogar, podemos hablar de todo, pero es difícil que cambie el pensamiento de quienes afirman que lo que ha pasado este día (la movilización) es obra de gente fanatizada.
Una idea que reforzó la secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira, y mujer clave del proceso, al proponer que si el Estado español se sienta a negociar están incluso dispuestos a que el referendo se pueda posponer con una propuesta de votación pactada. Mientras Jordi Sánchez, presidente de la Assemblea Nacional Catalana y organización convocante de la manifestación, señaló que el próximo primero de octubre habrá urnas en Cataluña para celebrar un referendo a pesar de las amenazas. Seremos insumisos a los tribunales y a las leyes que sólo buscan preservar la unidad de la patria. Nuestro derecho cree en la democracia y en el pueblo.
Mientras la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia, Neus Lloveras, hizo un llamado a los ayuntamientos que han rechazado –como Tarragona y Lleida– o todavía no se han decidido –como Barcelona– para que apoyen la consulta y presten sus locales para poder votar. Escuchad a la gente. ¡Queremos votar!
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, independiente pero con una formación con vínculos al emergente Podemos, este año no asistió a la manifestación, sin embargo, antes de la marcha declaró que hará todo lo posible para que se celebre la consulta. Aunque todavía no ha aclarado cómo apoyará el proceso.
Rajoy, desde Madrid, señaló que Barcelona vivió una Diada secuestrada por los independentistas radicales y advirtió que para impedir la consulta ciudadana iremos paso a paso, sin dejar cabos sueltos.