EEUU: Inmigrantes mujeres ganan menos pero sus remesas son mayores
AP
Miercoles, 13 de Septiembre de 2006
Asi mismo las mujeres latinoamericanas estan participando de una manera mas activa en las luchas sociales. Foto:PI/Antonio NAVA
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San Francisco, California. EE.UU. 13 de septiembre. Margarita Gutiérrez, que gana 7 dólares la hora lavando carros, envía dinero cada dos semanas a sus dos hijos que viven en El Salvador, pese que su esposo alega que el costo de vida es muy alto en su nuevo país, Estados Unidos.
"Como madre, primero, segundo y último están mis hijos, y les envío todo lo que tengo", comentó Gutiérrez de 45 años, quien vive en San Francisco.
Un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas publicado el miércoles demuestra que Gutiérrez no es la única. Aunque las inmigrantes mujeres por lo general ganan menos que los hombres, tienden a enviar a casa una mayor remesa de sus ganancias, desempeñando un importante papel en la reducción de la pobreza y el desarrollo de sus países de origen.
Unos 95 millones de mujeres de todo el mundo han dejado sus países para vivir y trabajar en tierras extranjeras, constituyendo casi la mitad del número de inmigrantes del mundo. Pero hasta hoy se habían realizado escasos estudios sobre cómo difieren las experiencias migratorias entre hombres y mujeres.
Según el estudio, titulado "Un pasaje a la esperanza: La migración internacional de mujeres y hombres", ellas envían tres cuartos de sus ingresos a sus familias, contribuyendo sustancialmente a aproximadamente los 232.000 millones de dólares que el Banco Mundial calcula que fueron transferidos el año pasado a los países de origen de los inmigrantes.
"Se trata de una tendencia mundial y refleja las prioridades de inversión de las mujeres en general", señala María José Alcalá, principal autora del informe. "Para las mujeres siempre tendrán prioridad, la familia, los niños y el bienestar de la familia. Los hombres desean adquirir artículos de consumo".
En los países en desarrollo, este ingreso constante de fondos puede llegar a ser mayor que la asistencia del gobierno, y viene a ser la segunda fuente de ingreso externo después de las inversiones extranjeras directas.
En el caso de Gutiérrez, cada vez que llama a su casa se entera de los resultados de su trabajo lavando unos 20 carros por horas, y limpiando casas en sus ratos libres.
Ha revisado las tareas escolares de sus hijos por teléfono y les repasado las tablas de multiplicar y les alentado a seguir adelante, durante los ocho años que ha estado lejos de ellos. Ahora su hijo que tenía 10 años cuando ella partió ya va a terminar la secundaria, y su hija, que tenía 15, está por concluir los estudios de abogacía.
En ocasiones Gutiérrez ha tenido que tomar alimentos de caridad y ha compartido su vivienda, pero no le ha importado.
Su dinero ha alimentado, vestido y educado a sus hijos, como era su objetivo cuando abandonó su pueblo Usulatán, en El Salvador.
"Por lo menos tengo la satisfacción de saber que mi hija ha estudiado en la universidad", destaca.
Algunas de las barreras sociales y financieras que enfrentan las mujeres cuando tratan de enviar dinero a casa con fines productivos serán abordados en la Asamblea General de la ONU el 14 y 15 de septiembre, informó Alcalá.