Diplomacia papal intenta recomponer lazos con mundo islámico
Victor L. Simpson
Viernes, 01 de Diciembre de 2006
"El Papa está conquistando corazones", tituló el viernes el Turkish Daily News. Foto AP
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Estambul, Tuquia, 1 de diciembre. Una cuidadosa combinación de diplomacia vaticana, las negociaciones de los obispos católicos y los gestos del papa Benedicto XVI crearon el clima que parece haber signado con éxito la visita del pontífice a Turquía, una puerta al mundo musulmán.
"El Papa está conquistando corazones", tituló el viernes el Turkish Daily News.
Después que el pontífice suscitó indignación en buena parte del mundo islámico con una cita de un lejano emperador bizantino que muchos musulmanes consideraron ofensiva, los jerarcas del Vaticano se esforzaron por salvar su visita a este país de abrumadora mayoría musulmana y lo último que consideraron fue una visita a una mezquita.
Pero el pontífice alemán no solamente visitó la famosa Mezquita Azul de Estambul sino también oró junto a un imán de cara a La Meca.
"Una golondrina no hace verano, pero muchas le pueden seguir para poder disfrutar de una primavera en este mundo", dijo a Benedicto el claramente satisfecho Mustafá Cagrici, clérigo supremo de Estambul, luego de orar con él.
Un miembro de la comitiva papal, el cardenal Roger Etchegaray, comparó la visita a la mezquita con la histórica escala que hizo el papa Juan Pablo II al Muro de los Lamentos en Israel, donde depositó una copia de su declaración en la que pidió el perdón de Dios por pecados contra los judíos.
"Benedicto hizo por los musulmanes lo que Juan Pablo hizo por los judíos", dijo el cardenal a la prensa.
El Papa, que inicialmente fue bien acogido por algunos por hablar con franqueza, se mantuvo en sus posiciones de condena a la violencia en nombre de la religión y reclamo de libertad de religión. Pero se abstuvo de acusar al islam.
Después que Al-Qaida en Irak, en un mensaje en un sitio en la internet, calificó el miércoles la visita papal a Turquía como una "campaña de los cruzados" contra el islam, el Vaticano replicó que ese comentario demostraba la necesidad de combatir "la violencia en nombre de Dios".
"Este tipo de mensaje demuestra una vez más la urgencia e importancia de un compromiso común de todas las fuerzas contra la violencia", dijo el vocero del Vaticano Federico Lombardi.
Benedicto reiteró en varios discursos que debían preservarse "las raíces, tradiciones y valores cristianos para contribuir a la cultura de una futura Europa". Pero en un gesto notorio a sus anfitriones turcos en particular y a la comunidad islámica en general, apoyó los esfuerzos de Turquía por cumplir con las normas de admisión a la Unión Europea.
Esto lo distanció de la posición que había manifestado cuando era el cardenal Joseph Ratzinger, cuando se preguntó si Turquía tenía los vínculos culturales adecuados con Europa.
"Vino aquí con humildad, y eso para el pontífice requiere un acto de valentía", comentó el religioso ortodoxo griego Alexander Karloutsos, que planificó las entrevistas en Estambul entre Benedicto y el líder espiritual de los cristianos ortodoxos, el patriarca ecuménico Bartolomé I.
Su gesto más espectacular fue la visita a una mezquita, apenas la segunda en la historia después que Juan Pablo II visitó una mezquita en Damasco en el 2001.
El pontífice inclinó la cabeza y cerró los ojos durante casi un minuto. Al salir de la Mezquita Azul, del siglo XVII, se volvió a Cagrici y le agradeció "por este momento de oración".