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Cambio climatico: Tormentas mas fuertes y mayor devastacion

El Discurso
Jueves, 11 de Octubre de 2018

La buena noticia es que las inundaciones y las tormentas no matan a tantas personas como alguna vez lo hicieron.       ver galería

Las noticias muestran la devastación de Michael en la Florida. Japón fue golpeado por fuertes lluvias en julio, y en septiembre el huracán Florence desbordó presas y lagunas en Carolina del Norte, mientras un tifón arrasaba Filipinas. Para los climatólogos, la evidencia apunta a que el calentamiento global lleva al planeta a una era de lluvias más salvajes y peligrosas, con consecuencias desastrosas y duraderas.

?Donde llueve, hay precipitaciones más fuertes?, dijo Raghu Murtugudde, profesor de Ciencia de Sistemas Terrestres en la Universidad de Maryland, quien hace poco editó un libro acerca del clima extremo en los trópicos. ?Es la clásica analogía de los dados cargados?.

Los dados, añadió, están ?mostrando ciertos números más a menudo? en la forma de clima extremo. ¿Cómo? Los gases de efecto invernadero que los humanos han soltado en la atmósfera han calentado el planeta y ahora se almacena tanta humedad en el aire que aumenta el riesgo de precipitaciones más extremas.

La buena noticia es que las inundaciones y las tormentas no matan a tantas personas como alguna vez lo hicieron. Hay sistemas de alerta temprana en funcionamiento. También refugios. La gente ha aprendido a evacuar zonas peligrosas, entre ellas lugares que tienden a inundarse.

Las malas noticias son todo lo demás. Incluso después de que las aguas disminuyen, el desastre tras una tormenta puede percibirse durante mucho tiempo.

Un estudio de más de 6 500 ciclones halló que las tormentas tropicales, en especial si caían con frecuencia, podían alterar de manera sustancial la trayectoria económica de un país. Los investigadores hallaron que en los países afectados por tormentas los ingresos nacionales no habían alcanzado su ritmo de crecimiento previo incluso quince años después de la catástrofe.

En promedio, las inundaciones y las tormentas han desplazado a casi 21 millones de personas al año a lo largo de la última década, de acuerdo con el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno. Esa cantidad es tres veces el número de personas desplazadas por conflictos.

En todo el planeta, según Munich Re, la reaseguradora más grande del mundo, las inundaciones y tormentas devastadoras han sido más del triple desde principios de la década de los ochenta. Sus pérdidas económicas también han aumentado drásticamente, con dos años récord en la última década en los que los daños superaron los 340 mil millones de dólares. La empresa dijo que 2017 fue ?un llamado de alerta?.

?La baja velocidad de adaptación a los mayores riesgos es mi principal preocupación?, comentó Ernst Rauch, climatólogo jefe en Munich Re. ?Todos sabemos, o todos deberíamos saber, que los riesgos están cambiando?.

Los climatólogos reconocen que prepararse para ese futuro de tormentas más salvajes es especialmente difícil porque es complicado señalar cuándo, dónde y con cuánta frecuencia habrá clima extremo. Solo se puede advertir que así será.

En Estados Unidos, las fuertes precipitaciones en gran parte del país han aumentado ?tanto en intensidad como en frecuencia desde 1901?, concluyó un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en 2017. Los aumentos más grandes se percibieron en el noreste.

NOAA también señaló que 2017 fue un año récord para las inundaciones de marea alta. Además, fue un año particularmente desastroso respecto a los huracanes, en parte debido al calentamiento del océano Atlántico, con seis grandes huracanes y vientos a velocidades de por lo menos 179 kilómetros por hora.

?El problema es cuánto dinero estoy dispuesto a gastar y para cuánta protección cuando solo sé que se necesita más protección, pero no cuánta se requiere?, explicó Anders Levermann, climatólogo de la Universidad Potsdam en Alemania.

Es probable que el costo de no hacer nada sea considerable. El equipo de Levermann concluyó que tan solo las inundaciones de ríos darían como resultado pérdidas económicas de alrededor del 17 por ciento en todo el mundo durante los siguientes veinte años.

No obstante, el cambio climático no solo trae más lluvia. Mientras que algunas de las partes más húmedas del mundo están observando lluvias más abundantes e impredecibles, dicen los científicos, algunas zonas secas del planeta cada vez se vuelven mensurablemente más áridas.

La combinación puede ser peligrosa.

Lisa Goddard, directora del Instituto Internacional de Investigación en la Universidad de Columbia, comparó la atmósfera con ?una esponja gigante? que se hace más pesada con la humedad y que, en algún momento, cuando el peso es demasiado, tiene que dejar que el agua comience a caer, por lo que hay lluvias intensas.

Los resultados pueden ser abrumadores. Si las emisiones siguen aumentando y las temperaturas globales se incrementan dos grados Celsius, el poderoso río Ganges podría duplicar su volumen, con consecuencias devastadoras para los cientos de millones de personas que viven en su cuenca.

Toda esa imprevisibilidad plantea la necesidad de tomar decisiones dolorosas para los funcionarios de gobierno que gestionan reservas y presas: si seguir almacenando agua para tener en caso de sequía o liberarla para evitar inundaciones.

Incluso los mejores pronósticos, señaló Murtugudde, solo serán buenos en la medida en que la gente los tome en cuenta. Para eludir los peores impactos de las catástrofes en la era de las lluvias salvajes, no solo importa la calidad de la ciencia, señaló, sino la capacidad de los expertos del clima para convencer a la gente de hacerle caso a la ciencia.

?Tienes que hacer que confíen en el pronóstico?, comentó.

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