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Lubezki un obsesionado por la luz

El Discurso
Domingo, 28 de Febrero de 2016

La clave de su trabajo se encuentra en la creación de atmósferas y en el reflejo preciso de las emociones. Foto: Fox Movies       ver galería

Cuando el mexicano Emmanuel Lubezki era adolescente hizo lo posible por evitar convertirse en un fotógrafo de cine, pero después su desdén se transformó en una gran pasión por la iluminación que lo llevó a hacer historia con una tercera estatuilla Oscar.

Su trabajo en la película The Revenant, dirigida por su compatriota Alejandro González Iñárritu, le hizo ganador el domingo del Premio de la Academia por mejor fotografía.

La clave de su trabajo se encuentra en la creación de atmósferas y en el reflejo preciso de las emociones: "Se trata de que todos sientan la respiración y las lágrimas cuando salen de los ojos del actor", dijo Lubezki, nacido en 1964, en una entrevista reciente.

A esa pasión llegó por casualidad ya que el Chivo Lubezki, apodado así por su delgada figura y su abundante cabello rizado, estaba firmemente inclinado hacia la fotografía fija, un sueño que no logró porque la escuela a la que quería asistir era blanco de constantes huelgas en la década de 1980.

Esos azares del destino lo llevaron al prestigiado Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Ciudad de México, en donde coincidió con su gran amigo, el director Alfonso Cuarón, ambos ganadores del Oscar por la película Gravity hace dos años.

Algunos críticos aseguran que la popular película mexicana "Y tu mamá también" se trata de un pequeño episodio de las correrías adolescentes de Cuarón y Lubezki.

Todos querían ser directores cinematográficos en el CUEC, pero Lubezki asegura que optó originalmente por mantenerse en otro plano con lo que a la postre sacaría también provecho de lo estudiado en el Centro Activo Freire, una escuela de arte en la que cursó la secundaria y la preparatoria.

"El Freire" es visto por muchos como el fundamento de lo que Lubezki es ahora. En el lugar, en donde los fines de semana se hacían prácticas cinematográficas entre otras actividades, se codeó con los cineastas Juan Carlos Rulfo y Dana Rotberg; el actor Daniel Giménez Cacho; los artistas plásticos Rubén Ortiz y Gabriel "El Pájaro" Orozco, y el músico Santiago Ojeda.

Tras varios y exitosos proyectos en casa, como "Solo con tu pareja" (1991), "Como agua para chocolate" (1992) y "Miroslava" (1993), entre otros, Lubezki decidió probar suerte en Hollywood, en donde su obsesión por la luz en los filmes se consolidó.

Hay testimonios que aseguran que cuando trabajaba con Tim Burton en "Sleepy Hollow" (1999), Lubezki cambió drásticamente la locación del excéntrico director para mejorar los efectos de la iluminación, que también le valió una nominación al Oscar.

"El Chivo" ha colaborado con los hermanos Coen, Terrence Malick, Martin Brest, Niels Mueller, entre otros, y con actores como Brad Pitt y Johnny Deep, ambos amantes de la fotografía fija y que han recurrido a Lubezki por asesoría.

Lubezki asegura que se puede hacer una película sin sonido, sin música o incluso sin actores, pero la luz no puede fallar jamás.

En 2015, ganó su segundo Oscar a la mejor fotografía por "Birdman", en la que también trabajó junto a González Iñárritu, premiado por su original narración.

"The Revenant", la gran ganadora de los premios británicos BAFTA en febrero y de los Globos de Oro, ha sido el reto más demandante en la carrera de Lubezki.

"No queríamos falsedad, sino realidad, lo más naturalista posible", dijo Lubezki a la revista Life and Style el mes pasado. "Nosotros nos encargamos de crear nuestro propio infierno al decidir filmar en locaciones reales, con luz natural, sin las comodidades que te puede ofrecer un estudio".

Lubezki llegó a Hollywood en 1993, un par de años después de haber hecho Solo con tu pareja. La ópera prima de Alfonso Cuarón, uno de sus amigos más antiguos, se había estrenado en el festival de Toronto. La crítica internacional pudo ver en ella la frescura que caracterizó el nuevo cine mexicano de principios de los años noventa. La primera nominación al Oscar llegó tres años después, en 1996, por La Princesita, la primera película que Cuarón hizo en Hollywood.

Lubezki comenzó a trabajar casi por azar con Iñárritu. El director de Birdman se había quedado sin fotógrafo porque el muy talentoso Rodrigo Prieto, también mexicano, estaba ocupado trabajando con Martin Scorsese en The Wolf of Wall Street. El Negro, como llaman a Gonález Iñárritu, tanteó a El Chivo. En un principio, la idea de realizar un plano secuencia de casi dos horas para contar la historia de un actor caído en desgracia le pareció “excesivo”, según contó el fotógrafo a la revista mexicana Life & Style. Lubezki cedió y descubrió a un “gran artista, amigo, maestro y director”, lo que le valió un segundo Oscar consecutivo.

Lubezki está a un paso de Joseph Ruttenberg y Leon Shamroy, los únicos cinematógrafos que tienen cuatro premios de la Academia. Ruttenberg, de origen ruso, uno de los camarógrafos de casa del estudio MGM fue premiado por primera vez en 1938. Su última estatuilla la recibió 20 años después por Gigi, el clásico musical de Vincente Minnelli. Shamroy tiene la marca de más nominaciones al Oscar, con 18. Su trabajo dominó la década de los cuarenta. Su último premio fue en 1963 con Cleopatra. La leyenda de El Chivo sigue esa estela.

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