ENTRETENIMIENTO: Oro, símbolo de riqueza, belleza y poder
Alejandra Villasmil/EFE
Jueves, 16 de Noviembre de 2006
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Nueva York, EE.UU. 16 de noviembre.- Atesorado y venerado durante milenios como símbolo de poder y belleza, el oro, "excremento de los dioses" según los Aztecas, no deja de cautivar a la humanidad, como lo revela una exhibición que se inaugura esta semana en un museo de Nueva York.
"Gold" ("Oro"), una de las muestras más completas hasta ahora organizada en torno al valor cultural, utilitario y económico de ese preciado metal, estará abierta entre el 18 de noviembre de 2006 y el 19 de agosto de 2007 en el Museo de Historia Natural.
A través de 700 objetos y muestras geológicas extraídas de diversas zonas del planeta, la exposición revela que el oro ha sido y sigue siendo símbolo de estatus en todas las culturas del mundo, y que sus propiedades físicas se adaptan a los usos más versátiles.
La exhibición transita por la ruta del oro desde sus orígenes en capas profundas de la Tierra, hasta su destino final en relucientes joyas y artefactos de civilizaciones antiguas y culturas modernas.
El recorrido comienza con una selección de formaciones raramente halladas en la naturaleza, como el oro cristalizado, y la llamada "Bota de Cortez", el depósito de pepitas de oro más voluminoso hasta ahora hallado en el Hemisferio Occidental.
Con un peso de 12 kilogramos, este depósito fue hallado en Sonora, México, en 1989, con la ayuda de un detector de metales.
Uno de los datos más fascinantes que revela la exhibición es que todo el oro que se ha refinado en la historia de la humanidad se podría colocar en un cubo de apenas 20 metros de lado.
"Sólo cinco de cada mil millones de átomos de piedra en la corteza terrestre son oro. La ironía es que raramente se halla en la superficie, sin embargo todos los países hacen lo que sea por explotarlo", dijo a EFE el comisario de la muestra, James Webster.
Sudáfrica, Australia y EEUU, en este orden, son los principales productores mundiales de oro.
De la producción mundial anual de oro, el 78 por ciento se convierte en joyas, mientras que las industrias dental, médica y electrónica usan el 12 por ciento y el remanente 10 por ciento se destina a transacciones financieras.
La industria espacial lo utiliza en las viseras de los cascos de los astronautas para reducir el resplandor y el calor de la luz solar, como lo ilustra la exhibición con una réplica de la que se utilizaba en el Apolo 11.
El valor artístico y cultural del oro están representados en la exposición con una serie de ornamentos y objetos decorativos de las culturas precolombinas de México, Perú, Costa Rica, Bolivia y Panamá.
Su uso en la moda y como sinónimo de prestigio y recompensa se manifiesta en preciosas joyas de diseñadores como Cartier, Bulgari, Tiffany and Co. y Paloma Picasso, así como en las codiciadas estatuillas de los premios Oscar, Grammy y Emmy.
En la muestra también se echa un vistazo a la historia de la comercialización del oro a través de los tesoros recuperados de naufragios, entre éstos los del buque SS Central America y la Flota Española de 1715.
La exposición muestra parte del tesoro de la Flota Española, compuesta por doce galeones que en 1715 zarparon desde La Habana rumbo a España cargados de oro para la Corona, y once de los cuales se hundieron en las costas de Florida, debido a un huracán.
Se expone, asimismo, parte del tesoro recobrado de la flota española Tierra Firme, compuesta por 28 galeones que también zarparon desde La Habana rumbo a España, en 1622.
Ocho de los galeones, incluidos el Santa Margarita y Nuestra Señora de Atocha, se hundieron dos días después del paso de un huracán, y con ellos toda una fortuna en oro, plata, esmeraldas y perlas.
Los españoles trataron durante siglos de rescatar el botín, pero no fue hasta los años 80 cuando se lograron recuperar más de mil millones de dólares en tesoros de esos dos naufragios.
La exhibición incluye monedas antiguas de China, Grecia y Roma, y 27 lingotes de oro de casi 14 kilogramos cada uno, así como una habitación de cuatro metros cúbicos cuyas paredes están recubiertas con una lámina sacada de apenas 85 gramos de oro, lo que demuestra la extrema maleabilidad del metal.
El recorrido de la exposición culmina con una balanza en la que el visitante puede subirse y calcular su peso en oro, que puede sobrepasar el millón de dólares en el caso de un adulto.