Lorena Ochoa en la cumbre
Carlos Rodriíguez/AP
Miercoles, 10 de Enero de 2007
Lorena conquistó seis torneos en el circuito de la LPGA el año pasado y terminó la temporada como la mejor golfista del mundo. Foto PI/
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Guadalajara, México, 10 de enero. Lorena Ochoa sólo quería ser una mejor golfista en el 2006. Sus extraordinarios resultados la sorprendieron a ella misma.
La mexicana de 25 años de edad conquistó seis torneos en el circuito de la LPGA el año pasado y terminó la temporada como la mejor golfista del mundo, puesto que le arrebató a la sueca Annika Sorenstam.
Como premio a sus logros, que incluyen el primer lugar en la lista de ganancias, el gobierno mexicano le otorgó el Premio Nacional del Deporte, el máximo galardón que concede a un atleta. Por si fuera poco, fue seleccionada como la atleta del año por la AP, algo inédito para un deportista mexicano.
"Me sorprendió, pero a la vez me puse feliz porque trabajé muy duro por muchos años y ahora recibir los premios es muy agradable", dijo Ochoa en una entrevista exclusiva con la AP. "Simplemente terminar en la primera posición fue un sueño hecho realidad, pero al mismo tiempo ser reconocida como la mejor atleta me deja sin palabras para describir lo que siento. Es algo que recordaré el resto de mi vida".
Ochoa fue líder de ganancias en la LPGA con 2.592.872 dólares, tuvo el mejor promedio de puntuación, de greens y de birdies, entre otras categorías.
Sin embargo, todavía tiene una cuenta pendiente. Ganar un Grand Slam.
"Los majors son muy importantes para los profesionales, pero al mismo tiempo, no quiero ponerme presión extra, quiero jugarlos como cualquier otro torneo, si digo '¡oh Dios mío es un major!', nunca lo voy a ganar", aseguró. "Lo que puedo decir es que estoy lista para ganar un major, que la experiencia de tres o cuatros años me ayudará y espero que este sea el año para mí".
Ochoa, quien ingresó al tour de la LPGA en el 2003, quiere usar parte de sus ganancias para ayudar a que niños sin recursos puedan recibir una educación. Con ese propósito, creó una fundación que ya construyó una escuela para poco más de 300 alumnos.
"Desde que me convertí en profesional he querido ayudar a los demás, si Dios me ha ayudado a estar donde estoy, de lograr tantas cosas tan bonitas, el poder compartir con los más necesitados es algo que para mí es muy importante, es más bonito el poder ayudar a los demás, que ganar cualquier torneo", afirma Ochoa, quien confiesa que su ídolo de la infancia era Nancy López.
El éxito de la golfista ha provocado un auge en la popularidad del golf en México. No es raro que los principales diarios y cadenas de televisión sigan cada torneo de la tapatía y alguna veces le den prioridad sobre la cobertura del fútbol, el deporte nacional.
Y aunque Ochoa disfruta de la atención de los medios de comunicación y de sus aficionados, también extraña el poder ir al cine como hacía antes de ser famosa. También, su deporte ha provocado que se pierda cosas que para ella son importantes y por eso no se ve jugando golf por más de 10 años. El anhelo de una familia parece ser más grande que los deseos de inmortalidad en la cancha.
"Extraño a la familia, los amigos, me ha tocado perderme cosas importantes, desde un bautizo, boda de primos, mi propia graduación me la perdí. Son cosas que dan un poco de tristeza, pero las aceptas porque tienes que hacer un sacrificio para llegar lejos", confesó. "Por eso no quiero jugar más de 10 años en la LPGA, me gustaría ser una persona más normal, tener una familia, que Dios me dé la oportunidad de tener hijos".
Ochoa, quien tenía 12 años cuando ascendió el Pico de Orizaba, el volcán más alto de México con una altura de 5.747 metros, trata de alejarse lo más posible de los campos de golf cuando termina la gira. Sus destinos favoritos son la playa y las montañas de su natal Jalisco, donde escuchando trova y leyendo libros "me cargo de energía, para no enfadarme del golf".
Y al igual que en la cena de fin de año del 2005, cuando Ochoa se fijó metas altas para el 2006, en diciembre pasado hizo lo mismo con miras al 2007.
"Siempre hay forma de mejorar, sé que el año pasado cometí errores que no quiero repetir. Para este año mis metas son altas. Ya sé que lo puedo hacer, sé que puedo ganar torneos, que puedo vencer a Annika y que puedo ser la jugadora número uno, ese es mi sueño", dijo Ochoa. "Porque una cosa es llegar y la otra es mantenerse, yo me siento con ganas y preparada".
Después de ver lo que hizo en el 2006, no se puede dudar de la mexicana.