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Coronación tiene un sabor especial para Bryant y Jackson

AP
Lunes, 15 de Junio de 2009

Kobe Bryant y Phil Jackson de Los Angeles Lakers. Foto: PI/Adrian SANCHEZ       ver galería

ORLANDO, Florida, EE.UU. Kobe Bryant se acercó al técnico Phil Jackson, lo miró fijo a los ojos y se estrecharon en un abrazo. Después de todo lo que habían sufrido, este era su momento de gloria, su campeonato. Nada se compara.

Bryant se sacudió la sombra de Shaquille O'Neal y conquistó su cuarto título de la NBA, y primero sin Shaq. Jackson superó la marca de Red Auerbach al alzarse con su décima corona, cuarta con los Lakers.

Un año después de caer en la final ante Boston, los Lakers están nuevamente en la cima.

Cosecharon su 15to título al derrotar el domingo 99-86 al Orlando Magic en el quinto partido de la serie. Bryant aportó 30 puntos y el español Pau Gasol marcó 14 y recuperó 15 rebotes.

Le tomó bastante tiempo, pero Bryant finamente se sacó de encima el fantasma de Shaquille O'Neal y dio más fuerza al argumento de que es el mejor jugador de la NBA desde Michael Jordan.

Bryant promedió 32,4 puntos por partido y fue designado el mejor jugador de la final.

Después del partido dijo que le molesta que se siga hablando de Shaquille O'Neal.

"Fue como una tortura china, con gotas de agua", declaró. "Me retorcía cada vez que tocaban el tema. Pero no podía hacer nada".

"Creo que el equipo estuvo a la altura. Sabía el reto que tenía y dimos batalla", agregó.

O'Neal, quien ahora juega con los Phoenix Suns, dijo sentirse contento de que Bryan haya ganado otro título.

"Felicitaciones Kobe, te lo mereces", afirmó en su página de Twitter. "Jugaste muy bien. Disfrútalo, hombre, disfrútalo".

Jackson quedó solo en la cima de la lista de técnicos más ganadores. Tras llevarse seis con los Chicago Bears de Jordan y cuatro con los Lakers, superó la marca de nueve títulos que compartía con el legendario Red Auerbach.

"Me fumaré un cigarro en homenaje a Red", declaró Jackson después del encuentro. "Fue un gran tipo".

Auerbach siempre tenía un puro en la mano.

Bryant y Jackson tuvieron algunas diferencias en el pasado, pero están nuevamente en la cresta de la ola, juntos.

Jackson, quien alguna vez dijo que Bryant era un "jugador egoísta", ahora lo ve de otra manera.

"Aprendió a ser un líder que los demás están dispuestos a seguir", expresó. "Es importante que haya aprendido eso, ahora sabe que para recibir, tiene que dar. Ahora es alguien que da y no solo pide".

A lo largo de la serie Bryan mostró una enorme concentración y determinación. Se le veía cara de enojado. Sus hijas decían que estaba irritable. Recién en los minutos finales del último partido sonrió.

"Estaba totalmente enfocado en la serie", manifestó Bryant. "Ahora me siento como un niño en una juguetería".

"Siento que me he sacado una gran carga de encima", admitió. "Me alegro mucho de haber podido vivir este momento".

Bryant y los Lakers ganaron tres títulos seguidos entre el 2000 y el 2002, todos con O'Neal. Dentro del terreno de juego, Bryant y Shaq eran incontenibles. Pero afuera no se llevaban bien. Jackson terminó apoyando a O'Neal, pero en el 2004 el equipo transfirió a Shaq al Miami Heat.

Muchos dijeron que Bryant había sido el culpable de la partida de O'Neal y cuando comenzaron a pasar los años sin que los Lakers ganasen títulos, se dijo que Bryant no podía triunfar sin su viejo compañero. La llegada de Gasol, sin embargo, llenó el gran agujero que había quedado en el medio y comenzó una nueva etapa.

Además de Bryant y Gasol, también aportaron lo suyo Derek Fisher, Lamar Odom, Trevor Ariza y Andrew Bynum.

Los Lakers tenían nuevamente un equipo en serio, que no dependía de un solo jugador.

Bryant había perdido dos veces la final, en el 2004, cuando O'Neal todavía estaba en el equipo, ante Detroit, y el año pasado frente a los Celtics, el rival histórico de los Lakers. Los Celtics definieron esa serie con una victoria por 39 puntos, una humillación que le costó digerir a los Lakers.

El equipo de Los Angeles se propuso borrar esa amargura y lo hizo.

En los vestuarios, Bryant se aseguró de que Jackson recibiese un baño de champagne.

"Se sacó los anteojos y recibió de buena gana la ducha porque era un momento especial", comentó el jugador. "Para nosotros, el haber sido el equipo que le dio su décimo título también fue algo especial".

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