Viene un tiempo de renacimiento de las lenguas originarias: Natalio Hernández
La Jornada / El Discurso
Jueves, 23 de Febrero de 2017
Se trata de la historia de su padre, quien ya muerto narra la vida. Al terminar, vuela convertido en colibrí, como buen guerrero.
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La historia de un linaje, de la raíz, emerge en voz náhuatl desde un cuerpo florido que yace en la tumba. El poeta Natalio Hernández presenta su poemario El vuelo del colibrí/ Patlani huitzitzilin, publicado en edición bilingüe por la Universidad Veracruzana (UV).
Se trata de la historia de su padre, quien ya muerto narra la vida. Al terminar, vuela convertido en colibrí, como buen guerrero, para acompañar al Sol en su recorrido.
Reconocido por su quehacer en lengua indígena, en entrevista el autor veracruzano observa un panorama prometedor sobre estas palabras de ancestros: ‘‘Veo que viene un tiempo muy importante de renacimiento, no sólo del náhuatl, sino de las lenguas mexicanas, porque México se tiene que reinventar y refundar desde la raíz. La cual no está en el español o en la cultura europea, sino en este origen milenario conocido como Mesoamérica”.
Por eso, añade, las nuevas generaciones deben abrevar de la tradición cultural y gran parte está contenida en las lenguas originarias de México. Sin embargo, eso no significa quedarse con el náhuatl o el español, tenemos que acceder al inglés, el chino, el francés, el japonés, para ser realmente universales. Trascender de lo local a lo global, que son los tiempos actuales.
Tendido estoy
escuchando la música
con la que me despiden.
Nihuetztoc
nitlacactoc
nicactica tlatzotzontli.
Historias de maíz
Natalio Hérnández (Ixhuatlán de Madero, Veracruz, 1947) cuenta que en la tradición de muchas culturas indígenas, cuando una persona muere, su alma está ahí. Es con música y oraciones como se libera y asciende.
Mi padre empieza a narrar su historia cuando ya está muerto. Cuando termina, su espíritu se convierte en colibrí y vuela. Esa imagen es muy importante porque tiene que ver con el mito náhuatl de que los guerreros que mueren en combate acompañan al Sol en su recorrido convertidos en colibríes.
El padre adquiere voz gracias al poeta, quien recupera la biografía de fuertes vivencias. Siempre hubo una relación muy fuerte con él; siempre nos educó con historias acerca de la cultura, los mitos y los orígenes. Todo lo escrito es lo que el padre repetía una y otra vez, como parte de una memoria oral tradicional heredada por generaciones.
Dentro de la cultura náhuatl en general existe esta forma de narrar poéticamente, o metáforas, con reiteraciones; de eso está impregnado el libro.
En la orfandad, el padre Piltata sale de su pueblo, conoce a un gran hombre que sería su suegro. Historias de maíz y seres que aparecen desde la niebla y el Xantolo (la fiesta de los muertos), ahora son recordados por el camino andado por 80 años, y en la palabra surge toda una vida. La luz que deja al partir está en el pueblo, los caminos, la milpa, los cerros, los cabellos del sol, la mirada de los niños, en los hijos.
Dejo todo con alegría,
no llevo tristeza en mi corazón,
recibí los cantos divinos en dos idiomas,
en lengua náhuatl y en castellano.
Nitlacatehua ica paquilistli
amo nihuica cuesoli ipan noyolo,
niselihqui teocuicatl ica ome tlahtoli
nahuatlatoli ihuan quiztianoh tlahtoli
Escrito originalmente en lengua indígena hace cuatro años, como parte de una beca del Fondo Nacional par la Cultura y las Artes (Fonca), la traducción fue hecha por Severo Hernández, hermano mayor del autor.
El libro El vuelo del colibrí/ Patlani huitzitzilin se presenta hoy a las 18 horas en la Casa de las Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (Presidente Carranza 162, casi esquina con Tres Cruces, Coyoacán).
También se presentará en varias ciudades, como Xalapa, Córdoba, el puerto de Veracruz y Poza Rica, muy cerca de la tierra del colibrí.