Serie de Leo Matiz protagonizada por Frida Kahlo arriba a la capital española
El Discurso
Martes, 13 de Septiembre de 2016
Durante ese primer viaje a México, Leo Matiz retrató a la pintora mexicana en la Casa Azul de Coyoacán. Foto: Fundación Leo Matiz
|
|
ver galería
|
El día que Leo Matiz (Aracataca, 1917) llegó a México, 21 de agosto de 1940, fue el asesinato de León Trotski.
La decepción de ese fotógrafo colombiano, considerado a mediados del siglo XX uno de los mejores del mundo, fue mayúscula, pues uno de los principales objetivos de su viaje era retratar al viejo líder de la revolución rusa que permitió la fundación de la Unión Soviética.
Sin embargo, Matiz se encontró con Frida Kahlo y con muchos de sus contemporáneos, y se volcó en registrar con su cámara un momento histórico en el que México figuraba en la cúspide de las vanguardias y había movimientos artísticos y políticos en ebullición que tenían eco en el resto del mundo.
Durante ese primer viaje a México, Leo Matiz retrató a la pintora mexicana en la Casa Azul de Coyoacán, en una serie en la que aparece con sus tradicionales vestidos de tehuana y huipil.
Como estrella de cine
De esa serie, guardada y propiedad de la Fundación Leo Matiz, el Instituto Cultural de México en España abre hoy una exposición con medio centenar de imágenes.
La muestra Frida Kahlo: fotografías de Leo Matiz en la Casa azul es posible gracias a la intervención y curaduría de la galerista española Angustias Freijo, quien mantiene sólida relación con el arte contemporáneo mexicano y con la trayectoria del autor colombiano.
“La pintora mexicana –señala Freijo en entrevista– fue retratada tanto o más que cualquier estrella de cine en el México de su época, aunque también fuera del país. Por ejemplo, durante su primer viaje a Estados Unidos muchos fotógrafos acudieron a ella para captarla con su cámara, como Lucienne Bloch, Imogene Cunningham, Peter Juley, Martin Munkacsi, Nickolas Muray, Carl van Vechten, Edward Weston.
Mientras, en México la retrataron figuras como Tina Modotti, Lola Álvarez Bravo, Miguel Ángel Bravo, Miguel Covarrubias, Giselle Freund, Héctor García y Dora Maars.
Sin embargo, uno de los acervos más valiosos por el número de imágenes y por el momento histórico es, quizá, el de Matiz y su primer viaje a México, en el que se encontró con Frida Kahlo y con intelectuales y artistas de su entorno.
Leo Matiz se sumergió con su cámara Rolleiflex en el ambiente intelectual y artístico de la época y logró registrar en sus retratos la intensidad creativa y personal de los hombres y mujeres que protagonizaron un papel decisivo en la historia cultural de México en los años 40 del siglo pasado. Leo Matiz fue, al ser uno de los más allegados a la pareja Kahlo-Rivera, uno de los que captaron a Frida en la intimidad de su hogar, siendo estos los retratos más originales, precisamente por su sencillez, explica Freijo.
Por difundir la cultura de México
Frida Kahlo incluye obras de otros autores, como Germán Cueto y Mathias Goeritz, que sirven para contextualizar la época, además de publicaciones de estridentistas, documentos, bibliografía, proyecciones y textos.
La exposición también examina la utilización vicaria del medio fotográfico por Kahlo, el papel de esas imágenes en su trabajo creativo y, de manera medular, cómo Frida desafía tres principios básicos de la disciplina fotográfica a través de sus retratos: la noción de autoría fotográfica en su trabajo, el uso que hace la artista de la capacidad narrativa del medio y la relación de esas fotografías con ciertas prácticas autobiográficas, añade la curadora.
La muestra es el punto de partida del festival México se escribe con equis, impulsado en Madrid por el director del Instituto Cultural de México, Pablo Raphael de la Madrid, adscrito a la embajada de México en Madrid.
La finalidad de ese encuentro es dar a conocer la cultura de México y difundir obra y pensamiento de autores de este país, a partir del 40 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas que se rompieron cuando la dictadura de Francisco Franco (1939-1976).
En el festival se presenta la obra El mariachi, mi madre y otras especies protegidas, con textos de Juan Villoro.