Rinden homenaje al poeta Alí Chumacero
El Discurso
Jueves, 01 de Noviembre de 2012
Alí Chumacero fue un teórico del fenómeno poético que en sus obras puso el ejemplo de claridad. Foto:PI/Francisco Gomez
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Alí Chumacero fue un teórico del fenómeno poético que en sus obras puso el ejemplo de claridad, brevedad y capacidad de condensación lírica para dejar testimonios llenos de originalidad, lucidez metafórica y sinceridad, señaló el escritor y catedrático Hugo Gutiérrez Vega.
Con motivo de la conmemoración del segundo aniversario luctuoso del poeta y editor mexicano Alí Chumacero, la noche del 31 de octubre en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas sus colegas Hugo Gutiérrez Vega y Emmanuel Carballo y su hijo Luis Chumacero homenajearon y recordaron al galardonado con la medalla Bellas Artes en 2003 a través de anécdotas, su labor en el Fondo de Cultura Económica, una entrevista inédita y el acervo de su biblioteca.
Gutiérrez Vega, quien se refirió a Chumacero como un maestro, pero también compañero de parrandas, comentó que era un gozador de la vida y de las buenas y malas palabras.
“Me enseñó mucho no sólo en conversaciones, conferencias, reuniones y notas de lectura, sino en sus tres libros (Páramo de sueños, 1940; Imágenes desterradas, 1948; Palabras en reposo, 1956), en los que mostró un universo poético, tremendamente rico lleno de sugerencias y absolutamente original”, detalló.
Gutiérrez Vega, quien ocupa la silla que dejó vacante Chumacero en la Academia Mexicana de la Lengua (AML), agregó que el hijo distinguido del estado de Nayarit no fue un fanático de la gramática perfecta pero sabía que, para violar las reglas gramaticales, había que conocerlas. “Me dijo de la urgencia de la sinceridad y la búsqueda de las palabras necesarias para expresar la emoción de la cual surge el poema”.
Al tomar la palabra, el crítico literario Emmanuel Carballo comentó que Chumacero es una de las voces más limpias y trascendentes producidas a la mitad del siglo XX; un poeta con vocación y disciplina cuya trayectoria es un ejemplo de responsabilidad y su obra evidencia su afán nunca saciado de pureza que lo llevó a cuidar hasta los más pequeños detalles del poema.
Compartió que gracias al colaborador de las revistas El hijo pródigo y Siempre aprendió a escribir y leyó un boceto de una entrevista inédita que le realizó a Chumacero hace más de 40 años en la que le cuestionó sobre qué habría hecho en materia literaria en el supuesto de quedarse a vivir en Nayarit y sobre la literatura que en aquel entonces estaban escribiendo los jóvenes.
Por su parte, Luis Chumacero, hijo del creador emérito del Sistema Nacional de Creadores, se refirió a las obras que integran su biblioteca personal: “Sabemos que una biblioteca es la biografía de un lector, en el caso de mi padre no sólo estaban sus intereses en cuanto a disciplinas y autores sino su curiosidad y afán de sacar a la luz la misión que habían emprendido editores en el siglo XIX y XX para difundir parte de nuestra producción cultural”.
Comentó que su biblioteca, conformada por volúmenes de literatura, filosofía, historia, artes plásticas, sicología, psicoanálisis, diccionarios gramaticales, antropología y espiritismo, se fue adueñando de la casa, por lo que las habitaciones, cocina y pasillos terminaron invadidos por revistas y suplementos culturales.
Recordó que los libros estaban reunidos en una suerte de geografía sobre Israel, los egipcios, Medio Oriente, los sirios, libaneses y el mediterráneo europeo. “Tenía un orden que empezaba con la Biblia, seguía con la literatura judía o israelita. Su biblioteca era un refugio, no tanto un paraíso, en donde él se apartaba del mundanal ruido”.
Alí Chumacero falleció en la Ciudad de México el 22 de octubre de 2010. Su vida estuvo dedicada a la poesía y a la edición de autores como Octavio Paz, Alfonso Reyes, Juan José Arreola, Carlos Fuentes y Juan Rulfo, fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1964.
El Conaculta resguarda su acervo bibliográfico en La Ciudadela: La Ciudad de los Libros y la Imagen.