Mística musical mapuche, raíces triquis y voces oníricas indígenas en el Zócalo
El Discurso
Miercoles, 06 de Septiembre de 2017
La indígena chilena Elisa Avendaño Curaqueo, el triqui René González y el Yolotli Coro de Mujeres de los Pueblos Indígenas compartieron sus propuestas con el público Foto: PI
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* Participan el Escenario Principal de la IV Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios intérpretes de temas ancestrales
* La indígena chilena Elisa Avendaño Curaqueo, el triqui René González y el Yolotli Coro de Mujeres de los Pueblos Indígenas compartieron sus propuestas con el público
Una muestra de las sonoridades místicas del pueblo mapuche a cargo de Elisa Avendaño Curaqueo, el talento autóctono del clarinetista triqui René González, así como un viaje onírico de Yolotli, Coro de Mujeres de los Pueblos Indígenas llenaron de música el Escenario Principal de la IV Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México 2017.
Elisa Avendaño Curaqueo compartió con el público la interpretación del cultrun y el trompe, instrumentos tradicionales del pueblo mapuche de Chile, utilizados en ceremonias rituales, los cuales guardan en sí mismos una conexión ancestral con la cosmovisión de los pobladores.
"La verdad creo que hemos ido a contracorriente con esto de conservar la música del pueblo mapuche, es muy difícil pero lo que importa es su rescate", aseguró Avendaño Curaqueo antes de comenzar con "Capurai" y "Huiripan", temas que fueron instrumentados con el cultrun.
"El agradecimiento a mamá", "Celinda" y diversos cantos ceremoniales fueron intercalados con el fin de brindar un mayor entendimiento. "Estas son historias vivas del pueblo mapuche, son historias que viví", apuntó la intérprete.
Avendaño regaló una melodía típica con el trompe, especie de silbato que vibra y crea una atmósfera relajante, la cual cautivó al público asistente al Escenario Principal instalado en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, sede del encuentro indígena que tiene como país invitado especial a Chile.
"El tema que sigue es la danza nacional del pueblo mapuche y hace referencia al avestruz y a las cordilleras de nuestra región", explicó Avendaño antes de ejecutar los sonidos con su silbato. Finalmente cerró su presentación con "Calfulican", melodía con gran carga espiritual y sensorial.
"Estar en México y poder representar al pueblo mapuche es una gran responsabilidad para mí, pero creo que igualmente mi gente me agradece que yo pueda ser una representante fiel y no distorsionar el tema de la música, la fuerza que representa tener en pie la música, los instrumentos y sus sonidos de mi pueblo”, expresó.
Agregó que “es muy importante dar a conocer que aún estamos vivos y que seguimos luchando en diferentes ámbitos como el musical-poético y en el conocimiento. Creo que estamos haciendo un aporte para la comunidad mapuche”, detalló después en entrevista Elisa Avendaño Curaqueo.
Al escenario llegó también el clarinetista triqui René González, quien presentó un programa consistente en diferentes canciones propias de su comunidad, así como melodías del gusto popular.
Acompañado por el guitarrista Israel Mendoza y el joven Neiri Ramírez en el bombo, el músico abrió con los temas "Indita mía", "Canción triqui", melodía fúnebre, y "Canto triqui", que de acuerdo con González este último se encuentra casi extinto debido a que las nuevas generaciones no le prestan interés, pues “no saben lo que tienen".
"Oaxacado", "El feo" y "Sabor a mí" sonaron en el Escenario Principal para invitar al público a bailar en un final sorpresa en que mujeres triquis subieron al proscenio para hacer una de las tantas danzas típicas de la comunidad.
Cuando la noche se hacía presente en la plancha del Zócalo, Yolotli, Coro de Mujeres de los Pueblos Indígenas arribó al Escenario Principal para presentar el número “Desde donde late la tierra”.
Mediante un viaje onírico, el coro femenino entregó a los presentes la magia y belleza de canciones tradicionales de México en lenguas indígenas, en un esfuerzo por preservar este legado en peligro de extinción. El ensamble vocal hace referencia a la historia una niña llamada Yolotli, que significa "corazón" en náhuatl, quien entrega un poderoso tesoro: las piezas musicales que el grupo vocal interpreta.
"Mujer" y "Madre tierra" fueron los temas elegidos por la agrupación coral —dirigida y fundada en 2007 por la activista e investigadora Leticia Armijo— para abrir el diálogo entre artistas y público.
Luego, la agrupación coral interpretó canciones en lengua náhuatl, purépecha, tsotzil, triqui, seri, zapoteco, entre otras, como “Xiquiyehua in Xochilt”, un canto tradicional anónimo en náhuatl, “Yana ua rin in”, de José Hernández, un canto tradicional en lengua triqui, iniciaron la segunda parte del concierto.
Temas como “La Lupita ne ja liaka”, otro canto en lengua mayo de Francisco Villegas, y “Teca huinni”, de Eustaquio Jiménez en zapoteco, atraparon la atención del público, al igual que “T’arheperama”, “Cal u aml”, “Kochiñ jeñ-arika” y “Veronika antsll”, esta última una canción de procesión anónima en lengua tzotzil.