Miguel León-Portilla, un humanista que llega a los 90 años
El Discurso
Lunes, 22 de Febrero de 2016
En imagen Enrique Grau Wiechers, rector de la UNAM; Miguel Leon-Portilla; Jose Sarukhan ex rector de la UIniversidad. Foto: PI / Hector Montaño / INAH
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* La ocasión concitó a la comunidad universitaria y a integrantes de instituciones en las que ha dejado su huella indeleble, entre ellas el INAH
* Teresa Franco, directora general del INAH, se refirió a la “portentosa energía intelectual” de don Miguel, que en sus nueve décadas está abierto a nuevos proyectos
El arribo de don Miguel León-Portilla al Teatro Juan Ruiz de Alarcón de la UNAM arrancó sonoros aplausos que, salvo obligadas pausas, fueron la constante durante la celebración del filósofo, antropólogo, historiador y nahuatlato en su 90 aniversario, un día que —expresó el propio maestro— será “inolvidable, en los muchos que espero tenga todavía aquí sobre la Tierra”.
Además de Enrique Grau Wiechers, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la ocasión concitó a cuatro ex rectores de la Máxima Casa de Estudios: Guillermo Soberón, José Sarukhán, Francisco Barnés y Juan Ramón de la Fuente, así como a integrantes de instituciones en las que León-Portilla ha dejado su huella indeleble, caso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Teresa Franco, directora general del INAH, se refirió a la “portentosa energía intelectual” que se concentra en la persona de don Miguel León-Portilla, que a sus 90 años está abierto a nuevos proyectos y realizaciones, como lo demuestra que esté lo mismo en la escritura de sus memorias, que a la espera de la publicación al chino de La visión de los vencidos, sin duda el libro que lo convirtió en una celebridad.
“Cada vez que aparece un nuevo ensayo o se reeditan los libros en los que muchos de nosotros nos formamos, nos reencontramos con la inconfundible voz de Miguel León-Portilla: la narrativa certera, esa oralidad que le viene de su amor por la narrativa de los otros”, dijo la titular del INAH al reconocer en el investigador emérito de la UNAM, a alguien que en el siglo XX y en pleno XXI, ha profundizado en el pensamiento, la cosmovisión, la literatura y la filosofía náhuatl.
Por ello —continúo—, la obra del investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, se hermana con la de otros grandes intelectuales, entre ellos, con la de don Francisco del Paso y Troncoso (quien también dominó el náhuatl y se interesó en el legado de fray Bernardino de Sahagún), de quien este año se celebrará su centenario luctuoso.
Teresa Franco adelantó que está por salir una reedición ordenada y comentada por el maestro León-Portilla de los Códices Matritenses, de Bernardino de Sahagún.
Los doctores Andrés Lira y Jaime Labastida, directores de las academias mexicanas de la Historia y de la Lengua, conversaron sobre los aportes que don Miguel ha brindado a ambas instituciones, pues tan sólo como decano de esta última tiene 55 años, siendo el más longevo en la cátedra.
“Por esa misma causa, posiblemente, no sea sólo el académico de mayor antigüedad en la Academia Mexicana de la Lengua, sino en todas las academias del planeta (…) En estos momentos es el intelectual mexicano más reconocido en el mundo”, anotó Jaime Labastida, afirmación que puede sostenerse si se considera que León-Portilla cuenta con 28 doctorados honoris causa.
Profundizar en el pensamiento, la cosmovisión, la
literatura y la filosofía náhuatl
El rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, hizo una síntesis de todo lo que engloba el pensamiento y la obra león-portillista: “Don Miguel ha sido un académico ejemplar, un humanista multifacético, escritor prolijo, redentor de nuestros orígenes, apasionado en nuestra cultura y lenguas autóctonas, un maestro de generaciones, un historiador de historiadores y un ciudadano y hombre ejemplar”.
Convaleciente de una pulmonía, Miguel León-Portilla volvió a dar una cátedra de humildad al tomar la palabra. Agradeció a todos aquellos que lo apoyaron en su camino, entre ellos, su tío, el arqueólogo Manuel Gamio; al padre Ángel María Garibay, al arqueólogo Eduardo Noguera, a sus padres y, sobre todo, a Ascensión Hernández Triviño “Chonita”, también investigadora de la UNAM y su infatigable compañera de vida.
El reconocido investigador se declaró un hombre feliz, en paz con la vida, agradecido con dios. Se mostró orgulloso de sus colegas y sobre todo de sus estudiantes, varios de ellos jóvenes indígenas que cursaron su Seminario de Cultura Náhuatl.
“He hecho muchas cosas en la vida. Fui director del Instituto Indigenista Interamericano, recorrí casi todo el continente, visité a varios jefes de Estado, tuve experiencias en la selva amazónica… Mi vida ha sido una serie de novedades”. Luego de agradecer por tres ocasiones, la ronca voz de León-Portilla fue opacada por aplausos ininterrumpidos.
La jornada-festejo a don Miguel, en la que compañeros y discípulos de la UNAM y del INAH hablaron de él como historiador, nahuatlato, filósofo, humanista, escritor, maestro y editor, inició con una breve semblanza a cargo de su amigo el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.
El también investigador emérito del INAH volvió otra vez a la esfera humana de Miguel León-Portilla, a su ejemplo. “En estas épocas que vivimos hacen falta personas que como tú marquen derroteros para transitar hacia mejores metas. Son 90 años de aprendizaje, enseñanza, investigación, de entrega y trascendencia que han llenado con empeño y sabiduría el quehacer de un humanista comprometido con la ciencia, con la verdad y con el hombre. Querido Miguel, muchas gracias por tu presencia, muchas gracias por tu obra”.