Mario Iván Martínez exhibe sus dotes dramáticas en Diario de un loco
El Discurso
Martes, 22 de Enero de 2013
| La obra del dramaturgo ruso contiene una aguda crítica a la rígida y aplastante sociedad de aquella época. Foto:PI/Octavio Nava
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El monólogo es una de las formas del teatro que mayor reto representa para cualquier actor, pues supone enfrentar el texto con el público sin más artilugios que las propias capacidades; y es precisamente lo que Mario Iván Martínez pone en práctica en su representación de Diario de un loco, obra escrita por Nikolai Gógol con adaptación de Luly Rede y el propio intérprete.
La nueva temporada de esta pieza inició el 21 de enero en el Teatro del Centro Cultural Helénico. Martínez da vida a Aksenti Ivanovich Poprishchin, un funcionario de la burocracia ucraniana del siglo XIX, de quien el espectador conoce sus tribulaciones mentales a través de las anotaciones en su diario.
En ellas narra el devenir de los días en su trabajo, días de pequeñas humillaciones cotidianas que provocan en su mente ideas que conforme pasa el tiempo se van convirtiendo en delirios.
La obra del dramaturgo ruso contiene una aguda crítica a la rígida y aplastante sociedad de aquella época, que encuentra ecos en la actualidad. La actuación de Martínez genera profundos estados de ánimo necesarios para narrar esta historia, lo cual se convierte en un verdadero deleite para los amantes del arte escénico, por la intensa interpretación del actor.
El personaje de la obra observa sin poder evitarlo, cómo el puente con la realidad se va esfumando en el enredijo de sus pensamientos, representados de manera impactante gracias a una amplia gama de matices dramáticos de Martínez.
La época de Poprishchin es la Rusia zarista, en momentos en los que la sociedad vive entre vicios y prejuicios que aún vemos en nuestros días, y que son el vínculo con el presente. Las características de este individuo son la pasión y su impactante capacidad de sucumbir lo mismo a la risa que al llanto
En este montaje, si bien la escenografía es austera, las luces son el único recurso que ayuda al actor en su interpretación. Éstas se mueven de acuerdo al estado mental del protagonista, para crear así el efecto de que se presencia una danza cuya coreografía representa la locura.
Diario de un loco se presenta los lunes en el Teatro del Centro Cultural Helénico, con funciones a las 20:30 horas. El foro se encuentra ubicado en Avenida Revolución 1500, San Ángel. Entrada general 200 pesos. Descuento del 30% para estudiantes, maestros e INAPAM. Adolescentes y adultos.
