Localizan entierro mas antoguo de Chihuahua
El discurso/INAH
Lunes, 15 de Junio de 2015
Corresponde a una persona joven, de entre 12 y 15 años al momento del fallecimiento. Foto INAH
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ENTIFICAN EL ENTIERRO MÁS ANTIGUO DE CHIHUAHUA
Se trata del esqueleto de un joven de 12 a 15 años de edad al morir, sepultado hace más de tres mil años, únicos restos del periodo Arcaico hallados hasta ahora en el estado
En el sitio donde se encontró el entierro, también se descubrieron cientos de herramientas líticas con antigüedades de hasta ocho mil años antes del presente
Tres microscópicos fragmentos de diente de un joven de 12 a 15 años de edad al morir, cuyo esqueleto fue descubierto en el sitio arqueológico Rancho Santa María II, en el municipio de Galeana, Chihuahua, han sido fechados por análisis de colágeno en 1100-1200 años a.C. Dicho resultado determina que se trata de los restos humanos más antiguos del estado.
Así lo dio a conocer el arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Emiliano Gallaga Murrieta, quien halló el entierro que data del periodo Arcaico Tardío, en la región de Casas Grandes, en el verano pasado, mientras realizaba una inspección de superficie en las llanuras de las partes bajas de la Sierra Madre Occidental.
El esqueleto se encontró casi sobre la superficie, sin ofrenda, bocarriba y con las piernas flexionadas a la izquierda. Fue analizado por el antropólogo físico Moisés Alejandro Villa Zamorano, del CENEFO del estado, quien corroboró que corresponde a una persona joven, de entre 12 y 15 años al momento del fallecimiento, cuyo sexo aún no es posible identificar.
Emiliano Gallaga detalló que tampoco ha sido posible determinar la filiación étnica del individuo; sin embargo, las características de sus dientes, del tipo “pala”, son referente físico de los grupos amerindios que ingresaron al continente americano por el Estrecho de Bering.
Los estudios de fechamiento se llevaron a cabo en los laboratorios especializados en dataciones por radiocarbono Beta Analytic, en Estados Unidos, por el método de carbono 14 mediante extracción de colágeno, aplicado en tres muestras tomadas de los dientes del individuo. Cabe destacar que, con anterioridad, en el estado de Chihuahua se han encontrado vestigios arqueológicos más antiguos, pero todos han sido artefactos de piedra, no restos humanos, de manera que éstos son los primeros registrados del periodo Arcaico.
La sepultura se localizó en el sitio arqueológico descubierto por Emiliano Gallaga durante el mencionado recorrido de superficie, al que nombró Rancho Santa María II. El lugar tiene una extensión de 150 por 250 metros, dentro de la cual, entre matorrales de gobernadora, cotillo y mezquite, se registraron varias áreas de actividad humana; destaca una, de tres metros de diámetro, donde muy posiblemente se manufacturaron preformas mediante la técnica de lasqueo.
En el sitio, se localizaron 370 puntas de proyectil fabricadas en basalto, obsidiana, sílex, pedernal y riolita; 75 de ellas están completas y 294 son fragmentos. El arqueólogo detalló que los artefactos datan de diferentes antigüedades que van del 8000 antes del presente, al 800 d.C., y corresponden a 30 tipos diferentes de puntas, entre los que mencionó Midland (8700–8500 a.C.), Milnesand (8200-7200 a.C.), Plainview (8150-8000 a.C.), San Pedro (1500-1000 a.C.-300 d.C.), Abasolo (5000-3000 a.C.-500 d.C.), Pandora (2500-600 a.C.) y Refugio (2500-600 a.C.).
Gallaga Murrieta destacó que muchos de los tipos de puntas de flecha hallados, como Dátil, Abasolo, Axtell, Darl o Desmuke, habían sido identificados en el suroeste de Estados Unidos; sin embargo, para Chihuahua no se tenían reportes escritos.
Asimismo, el arqueólogo localizó gran cantidad de material de desecho de talla en piedra, como percutores, núcleos y fragmentos de rocas pulidas por la mano humana (en total más de 17 mil piezas). De acuerdo con el especialista, la variedad de herramientas y la cantidad de artefactos de desecho son indicadores de que el sitio estuvo ocupado por el hombre durante un largo periodo.
“Todo indica que se trata de un campamento establecido por grupos de cazadores-recolectores alrededor del periodo Paleoindio, un tiempo en el que seguramente la presencia humana ya era estable dentro de estos territorios y donde los grupos humanos de diversas épocas regresaron a trabajar la piedra, es decir que fue reutilizado constantemente para la manufactura lítica hasta el Arcaico Tardío/Precerámico”.
En el sitio también se descubrieron diez hornos del periodo Arcaico, que consisten en concentraciones circulares de piedras fragmentadas por acción del fuego.
Emiliano Gallaga explicó que el entierro es contemporáneo a otro sitio arqueológico muy importante de Chihuahua, donde se encontraron los rastros de polen y maíz, hasta el momento más antiguos del estado, conocido como Cerro Janaqueña (1300 a 1100 a.C.), ubicado a 100 kilómetros de Santa María II, en el municipio de Janos. En dicho lugar se descubrieron puntas de proyectil de tipos similares a los de Santa María II, por lo que es posible que ambos sitios hayan interactuado.
Durante los recorridos de superficie en el municipio de Galeana, el especialista del INAH descubrió otro sitio arqueológico de menor antigüedad que el anteriormente descrito, denominado Rancho Santa María I, donde encontró grandes cantidades de lítica prehispánica de finales del periodo Arcaico (200 d.C.), como puntas de flecha de obsidiana, machacadores y manos de metates, así como fragmentos de cerámica vidriada gris, verde y café de la época colonial, y porcelanas del siglo XIX.
Lo anterior lo lleva a suponer que el asentamiento Rancho Santa María I fue un área habitada, posiblemente una posta o ranchería cercana al Camino Real que conectaba Chihuahua con Nuevo México, y que este ramal comunicaba con el Presidio de Janos, uno de los puntos más importantes donde se establecieron militares españoles para la defensa de lo conquistado espiritual y materialmente por los misioneros franciscanos en la región.
Los estudios del material continúan en proceso. Emiliano Gallaga señaló que la información obtenida de ambos sitios arqueológicos ayudará a entender mejor el desarrollo cultural de la región y afinar las temporalidades de los asentamientos humanos en el estado. El área donde se encontraron los vestigios quedó protegida por el INAH como reserva arqueológica para estudios posteriores.