La memoria nos pertenece a todos, no al poder: Glockner
El Discurso
Jueves, 22 de Agosto de 2019
Glockner (Puebla, 1961) afirma que ?el período del 68 al 85 es la irrupción enloquecedora del movimiento armado mexicano, tanto en las áreas rurales con Genaro Vázquez y Lucio Cabañas en Guerrero Foto: Armando Lenin Salgado
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Los archivos de seguridad abiertos en 2002 no son históricos; la Dirección Federal de Seguridad no hacía historia. Eran datos para romperte la madre?, dice Fritz Glockner a propósito de su libro Los años heridos: la historia de la guerrilla en México 1968-1985.
Menciona que ?uno de los pilares de la guerra de baja intensidad es controlar la memoria. Y la memoria nos pertenece a todos. Los calendarios de los años tienen que ser nuestros, no del poder?.
El texto publicado por la editorial Planeta se originó, dice Glockner, ?en ver que ¿todos los que están en Lecumberri acompañando a mi papá, Napoléon, son fantasmas?, ¿por qué nadie sabe de su existencia? y ¿cómo reflejamos esta existencia al cabrón que está tomando un café en el parque, el intelectual o académico que está dando clases o el chavo que está recibiendo el conocimiento histórico de este país??
Glockner (Puebla, 1961) afirma que ?el período del 68 al 85 es la irrupción enloquecedora del movimiento armado mexicano, tanto en las áreas rurales con Genaro Vázquez y Lucio Cabañas en Guerrero como en las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Culiacán, con actos como el de enero de 1971, cuando Diego Lucero y Raúl Ramos Zavala deciden organizar triples asaltos en Monterrey y en Chihuahua. ¿Cómo resuelves eso narrativamente??
Con este fin, el autor rechaza contar una historia seccionada o con saltos cronológicos por grupo armado que exponga el desarrollo de la Liga Comunista 23 de Septiembre de principio a fin, y luego abordar al Movimiento de Acción Revolucionaria. ?Yo tenía el objetivo de que la historia fuera no lineal pero que cronológicamente te llevara?.
Sintetiza que en el presente el ?debate entre los propios ex guerrilleros está muy contaminado de sus propios agravios. En toda la revisión que han intentado, notas que su debate y autocrítica están tocadas por las viejas rencillas de la