Guerrero Chimalli Escultura Monumental de Sebastian en Chimalhuacan
El Discurso
Domingo, 28 de Diciembre de 2014
Sebastian inaugura escultura monumental en Chimalhuacan. Foto Francisco Gomez
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La construcción del “Guerrero Chimalli”, la colosal escultura de Sebastián, hizo que su autor se “apretara el cinturón”. El coloso, que se ve desde cualquier punto del municipio de Chimalhuacán, costó 30 millones de pesos, pero, dijo, su valor es aún mayor. Incluso estuvo dispuesto a recibir menos honorarios porque tenía “el compromiso” de realizar la obra.
Sobre las críticas a esta obra, inaugurada el pasado sábado 13 de diciembre, el escultor chihuahuense asegura que ya está acostumbrado, pues ha hecho todo tipo de obras bajo la controversia. “La Torre Eiffel tiene una historia similar”, remata contundente.
En entrevista telefónica con Animal Político, Sebastián, cuyo nombre real es Enrique Carbajal, aseguró que lo más caro en la realización del Guerrero, de 60 metros de altura, fueron las grúas de 300 toneladas para ensamblar las 33 piezas que le dan forma a esta figura roja que porta en la mano izquierda una maza y en la derecha, un chimal. Escudo, en náhuatl. Ese mismo escudo, según el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, “protegerá a los habitantes de Chimalhuacán de la pobreza”, según dijo en 2012, cuando anunció la construcción de la enorme escultura, de un peso superior a las 870 toneladas.
Chimalhuacán es uno de los municipios del Estado de México con mayor concentración de carencias. De acuerdo con las últimas cifras a nivel municipal del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), más de la mitad de la población de Chimalhuacán (62.7%) se encontraba en situación de pobreza en 2010 y 13.7% sufría pobreza extrema.
En la inauguración del monumental guerrero en la avenida Bordo de Xochiaca, entre los límites de Chimalhuacán y Nezahualcóyotl, el alcalde del municipio, Telésforo García Carreón, de extracción priista, dijo que el hecho de “embellecer y ennoblecer el espacio público con esta obra”, era un indicativo de que se resolvieron “las necesidades básicas de los habitantes”. No obstante, sus dichos contrastan con las mediciones de la pobreza para la zona y el panorama de casas humildes que rodea a la obra de Sebastián.
El coloso fue solicitado por el gobierno de Chimalhuacán hace casi cuatro años, dice el artista. “Si se hacen cuentas, una obra de esa naturaleza, no se puede construir con 30 millones de pesos. “Esa cantidad es demasiado baja y todos pusimos de nuestra parte para poder hacerla”, dijo. El costo de la obra, agregó, quedó acordado desde el inicio de los trabajos.
Ante las críticas por la forma, la ubicación, el costo y el tamaño del Guerrero, Sebastián se dijo agradecido, porque la controversia “es lo que le da fama a una obra”. Incluso comparó la lluvia de críticas con la que recibieron la Torre Eiffel, el Centro Pompidou de París (construido por los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers), o la pirámide del arquitecto Ieoh Ming Pei, del Museo del Louvre. Monumentos que “siempre fueron rechazados y al final se han convertido en íconos”.
“No tengo resentimiento, ni me voy a amargar por eso, porque ya he hecho muchas esculturas y en todas hay situaciones de controversia. No es fácil que las digieran. En la historia del arte (eso) ha sido continuo.”
Con la construcción del “Guerrero Chimalli”, Sebastián llegó a su obra número 200. El pasado sábado 13 de diciembre, el artista dijo al diario La Jornada que el coloso puede verse “como una alegoría, como una materialización plástica de la ferrea voluntad de los pueblos de los lagos”.