En casa con mis monstruos, un testimonio del alma de Guillermo del Toro
El Discurso
Lunes, 17 de Febrero de 2020
Editado por la Universidad de Guadalajara (UdeG), en colaboración con Turner, el libro fue concebido para acompañar la exposición del mismo nombre que se presentó el año pasado en la tierra natal del autor.
|
|
ver galería
|
El libro En casa con mis monstruos, de Guillermo del Toro (Guadalajara, 1964), no sólo ofrece un retrato a detalle de las obsesiones del cineasta, sino es también el testimonio del alma poética del realizador, quien comparte con el lector reflexiones como esta: Descubrir a qué le tememos, es descubrir quiénes somos. Los terrores definen nuestros límites e iluminan nuestra alma.
Editado por la Universidad de Guadalajara (UdeG), en colaboración con Turner, el libro fue concebido para acompañar la exposición del mismo nombre que se presentó el año pasado en la tierra natal del autor, no como un catálogo, sino como un libro de arte que permite apreciar otros aspectos del universo del director de La forma del agua.
Con un tiraje de 10 mil ejemplares y diseño de Alejandro Magallanes, En casa con mis monstruos se divide en ocho capítulos (Infancia e Inocencia; Cuarto de Lluvia; Victoriana; Magia y Ocultismo; Cine, cómics y pop; Frankenstein; Los otros, nosotros, los monstruos, y Muerte y más allá), e incluye una entrevista con el cineasta realizada por el crítico de cine y colaborador de La Jornada Leonardo García Tsao.
De esa charla se toman algunas de las frases del director para dialogar con las imágenes de las piezas que integraron la muestra.
Algunas de las ideas que fundamentan la obra del ganador del Óscar a mejor director en 2018 atrapan al lector: Nuestra forma de ver el mundo en México es diferente a las demás. Nuestra relación con el azar y el instinto que tenemos para maniobrar es profundamente único. Nuestra plasticidad y capacidad para afrontar un reto estético es muy nuestro, y esa es una ventaja gigantesca.
Junto a esa frase está el grabado de un hombre con un par de agujas de tejer clavadas en los ojos, ilustración que pertenece a la colección particular del cineasta.
Tiemblas cuando tocas ante la misma puerta para que te abra el éxito o para que te abra el fracaso, es la misma puerta, en la misma vecindad, y no sabes quién te va a abrir, continúa Del Toro, quien se dio a conocer como novelista en 2009 al publicar Nocturna, primer volumen de la Trilogía de la Oscuridad (Nocturna, Oscura y Eterna), escrito a cuatro manos con Chuck Hogan.
El curador de la exposición y del contenido del libro, Eugenio Caballero, presenta en las primeras páginas a su entrañable amigo Guillermo, de quien dice: ?No sólo dirige, produce y escribe; también publica constantemente información valiosa en redes sociales y está en continuo contacto con los jóvenes; apoya talentos y fundó una escuela de animación en Guadalajara. Es un ávido lector y conoce como pocos la literatura, el cine fantástico y de terror. Además de todo esto, es un coleccionista apasionado.
?Su colección, con la que convive cotidianamente en su casa de Los Ángeles, The Bleak House (llamada en homenaje al escritor Charles Dickens), es también su lugar de trabajo y de creación. Las piezas que ahí habitan reflejan los temas que le interesan y que han marcado su vida: lo oscuro convive con lo fantástico entre muebles antiguos, magia, libros, películas y obras de arte. Él los llama ?sus tiliches? y éstos constituyen una permanente fuente de inspiración en su trabajo. Cada objeto ha sido escogido y dispuesto por él, su casa es el lugar sagrado donde alberga sus más entrañables monstruos.?
Alquimia, magia y demonios
Desde esculturas hiperrealistas, por ejemplo de Edgar Allan Poe, objetos de alquimia y magia, ilustraciones originales de cuentos de hadas y victorianos, arte pop, hasta una selección de obras del artista e ilustrador Julio Ruelas, simbolista importantísimo en la formación de Guillermo, piezas de arte religioso que se refieren al infierno y objetos de arte popular que satirizan a los demonios, habitan las páginas de un libro que tiene vida propia, en opinión también de quienes no pudieron asistir a la muestra en Guadalajara.
Se trata de una obra de colección, disponible en librerías, que reafirma las palabras de Del Toro al revelar todos los elementos que conforman su peculiar visión del mundo: el cine es como la química; es decir, no es tomar un elemento acá y sumarlo con otro. El cine es alquimia: tomar elementos, transformarlos, transmutarlos y devolverlos como oro.