El zapoteco vive un momento de revaloración, afirman poetas
El Discurso
Lunes, 22 de Mayo de 2017
Hace nueve años la académica y poeta Rocío González pensó que realmente el zapoteco y muchas otras lenguas indígenas morían. Foto: Archivo
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Hace nueve años la académica y poeta Rocío González pensó que realmente el zapoteco y muchas otras lenguas indígenas morían. Entonces, se dio a la tarea de escribir Literatura zapoteca: ¿resistencia o entropía? A modo de respuesta: cuatro escritores binnizá. Igual tiempo tardó el libro en ser publicado –¿por razones políticas o burocráticas?– hasta que se atrajo el proyecto la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Desde entonces, el interés por el zapoteco en particular ha renacido, por un lado, por el fenómeno del rap bilingüe y el proyecto de revaloración de esa lengua El Camino de la Iguana, emprendida por Natalia Toledo y Víctor Cata, pero también en la medida que se revitaliza y actualiza con lo que sucede en el mundo y en nuestro país, expresó González ayer en la presentación del volumen en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Encabezó el acto Hugo Aboites, rector de la UACM, quien se congratuló de que los involucrados se hayan cobijado en la institución. Se dijo fascinado cuando en el libro se revela en qué medida la Malintzin, conocida como La Malinche, protagonizó el papel de que para sobrevivir tanto los criollos como los habitantes de México, tenían que ensayar una salida: el mestizaje. Esa idea, aparecida en unos cuantos párrafos, da un sentido enorme a la historia de este país, ya que se entiende que el mestizaje es un balance de poder entre el México profundo y el de los conquistadores, que se entrecruzan constantemente en el presente y de manera confrontada.
Por ejemplo, “si en 1921 José Vasconcelos decía: ‘Por mi raza hablará el espíritu’, en 1999 los jóvenes de la Universidad Nacional Autónoma de México decían: ‘Sin la raza cómo hablará el espíritu’”. Aboites aseguró que “esta reformulación del mestizaje lo vivimos prácticamente todos los días en el México actual. Esta riqueza cultural –62 lenguas indígenas– hace a este país nuevo, distinto, vigoroso, dinámico, aunque a veces trágicamente dramático. El libro nos dice cómo ser incluyentes, no con base en el odio, ni la conquista, sino en la inclusión del otro. Aunque esto parece uno de los factores que contribuyen a la derrota de una civilización, es en el fondo una apuesta al futuro”.
Para la poeta Natalia Toledo Literatura zapoteca… resulta un libro único, porque da cuenta del trabajo de cuatro generaciones cercanas, pero al mismo tiempo diferentes entre sí. Recordó que la lengua zapoteca desarrolló la escritura más antigua que conocemos en América, entre 600 y 400 siglos antes de Cristo. Como verán, siempre hemos dibujado con las palabras, ya sea sobre lajas, corteza de árbol o lienzos de piel.
Habló de su gran amistad y respeto por Rocío González, “primera persona a la que mostré mis poemas, la primera que me dio la confianza para hacerlo. De estos primeros poemas publicamos un libro en común: Paraíso de fisuras. Nuestra amistad es a prueba de fuego, no publico nada sin la bendición de Rocío. Es la poeta y escritora más relevante que tiene Oaxaca”.
Música de la calle
El poeta Dalthon Pineda se refirió al fenómeno de los raperos bilingües: “Surgió hace 13 o 14 años en la calle, donde vivía con mis papás. Vicente rapeaba en zapoteco, algo novedoso para aquel entonces, pero también ofensivo para los puristas. En 2012, cuando Vicente ganó el premio CaSa con una canción en zapoteco, se dio un auge de la música.
La región del Istmo de Tehuantepec, en específico Juchitán, tiene más artistas urbanos bilïngues que en todo el estado de Oaxaca. El mes pasado estuvimos con Francisco Toledo; llevamos muchachos que rapean en huave, mije, xoque y zapoteco. Ya hay niños de primaria que empiezan a escribir canciones en zapoteco.
La poeta Irma Pineda, hija de un líder de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo de Tehuantepec (Cocei) desaparecido, fue tajante: Cuando tenía cuatro años vinieron los soldados para secuestrar y desaparecer a mi padre. A esa edad aprendí a leer para buscar su voz en la poesía y como no podía hablar, comencé a escribir.