Creadores escénicos llaman al Movimiento Teatro por la Dignidad

El Discurso
Martes, 04 de Abril de 2017

Como primera acción, el colectivo de teatreros ofreció ese texto para ser leído al final de las funciones de teatro. Foto: PI

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Directores de teatro y dramaturgos de la Ciudad de México y Guadalajara hicieron un llamado a la solidaridad del gremio teatral y de la sociedad civil para sumarse al Movimiento Teatro por la Dignidad, contra el torrente de mentiras digitales que surgen de la Casa Blanca.

Encabezados por Juan Villoro, Luis de Tavira, Jaime Chabaud, Ángel Ancona, Leonora Luna e Ígor Lozada, en rueda de prensa y en nombre de instancias como el Centro Universitario de Teatro (CUT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Secretaría de Vinculación y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara, Carretera 45 Teatro, El Milagro, Casa del Teatro, Dramaturgia Mexicana y Paso de Gato, dieron lectura a un manifiesto que expresa: No nos une un gobierno y en ocasiones el mayor patriotismo consiste en defender al pueblo de su gobierno (...) proponemos un acto de presencia, la sinceridad del cuerpo y la palabra: el teatro.

Hacer teatro en un país amenazado

Como primera acción, el colectivo de teatreros ofreció ese texto para ser leído al final de las funciones de teatro, que dice, de manera íntegra: “El teatro no debe tener otra moraleja que la opinión de los espectadores. Sin embargo, vivimos un momento histórico en que resulta necesario hablar con énfasis y aludir a la realidad que circunda el escenario donde presentamos nuestra versión de los sueños.

“Hacemos teatro en un país amenazado. El presidente más poderoso de la Tierra ha lanzado una cruzada contra los mexicanos y construye un muro empeñado en demostrar que las divisiones y la desconfianza son formas de protección.

“El teatro existe para derribar muros. Necesita de los otros y busca la universalidad. En cada foro ocurre el milagro de lo que es local sin fronteras. Un escenario es un territorio abierto a la bondad de los desconocidos y las novedades que vienen de lejos. No tiene aduanas ni pasaportes, pero se desarrolla en un lugar preciso: este espacio, que está en México. Inevitablemente, somos de aquí, y lo somos de muchas maneras. No hay instrucciones para ser mexicano. Basta querer serlo para saber de qué color pinta el verde, sin importar de qué color sea nuestro rostro.

“Refrendamos la permanente novedad de una patria que no depende de próceres, proclamas o demagogias, sino de ciertos atardeceres, manos cómplices, el olor de la tierra quemada, la picadura del ajonjolí, a la que refirió el poeta.

“No nos une un gobierno y en ocasiones el mayor patriotismo consiste en defender al pueblo de su gobierno. Nos une la amenaza. En contextos de discriminación, la identidad se hace evidente por sí sola. Cobra una fuerza cabal y necesaria.

“La calumnia es una distorsión voluntaria de la verdad; el teatro es lo contrario: una representación que construye una verdad simbólica. Contra el torrente de mentiras digitales que surgen de la Casa Blanca, proponemos un acto de presencia, la sinceridad del cuerpo y la palabra: el teatro.

“Donald Trump dispone de un arsenal inconmensurable. Nosotros también: tenemos el teatro, que imagina el mundo. Con los recursos de lo que puede ocurrir en escena, defenderemos la irrenunciable costumbre de ser mexicanos.

Quedan, pues, convocados todos los practicantes del teatro a este Movimiento Teatro por la Dignidad, que no es de nadie porque es de todos.

También convocaron al Premio Internacional de Dramaturgia Teatro por la Dignidad para estimular la creación y producción de obras de breve formato que susciten una reflexión sobre la actual relación de México con Estados Unidos, así como la política de ambos países en torno a la crisis migratoria y las condiciones de sufrimiento que se padecen en la frontera (para solicitar las bases e informes sobre la convocatoria se puede escribir al correo boletin@pasodegato.com).

Se trata de una causa que nos atañe a todos, dijo Luis de Tavira; “es una idea que intenta generar un movimiento para juntos sumar y enfrentar un desafío, porque ha surgido de nuevo la retórica de la intolerancia y el racismo, como si no hubiera lecciones históricas que haber aprendido.

De manera particular, la agresión (de Trump) atañe a los mexicanos porque ha sido directa, ha sido una afrenta a nuestra dignidad. En el mundo se levanta ya una reacción que intenta responder, sobre todo desde la cultura y el arte y, en estos casos, al teatro le corresponde una misión decisiva porque es el arte que crea la reunión en el aquí y ahora para volvernos espectadores de nuestro acontecer, y generar la conciencia de lo que somos y de lo que sucede. Es necesario hacer algo y que lo hagamos todos, acciones sencillas, pero urgentes, que vayan generando, irradiando e involucrando a todas las instituciones y a la sociedad civil.

La convocatoria a sumarse al Movimiento Teatro por la Dignidad está abierta a todos sin restricciones ni directrices establecidas, y buscará sumar a la comunidad teatral de todo el país, de América Latina y a los teatreros latinos que viven en Estados Unidos, de quienes se esperan numerosas propuestas. No se trata sólo de una reacción contestataria, puntualizó Igor Lozada, de Cultura de la Universidad de Guadalajara, sino buscar en el teatro un discurso en común.