Celebra 50 años de Aura, novela fundamental de las letras mexicanas
El Discurso
Miercoles, 30 de Mayo de 2012
Se ha dicho que Aura es una de las novelas más simbólicas de Carlos Fuentes. Foto: PI/Omar Hernández
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Se ha dicho que Aura es una de las novelas más simbólicas de Carlos Fuentes, una oda de magnitudes magistrales donde toca la fina línea que existe entre la vida y la muerte, a través de los personajes de Felipe Montero, la anciana Consuelo y Aura, la bella joven de ojos verdes que da nombre a la historia.
Con motivo del 50 aniversario de esta obra, que se publicó por primera vez el 30 de mayo de 1962 bajo el sello de Editorial Era, diversos creadores e intelectuales la recuerdan por su complejidad, su riqueza y como uno de los grandes bastiones que da lustre a la literatura mexicana.
Hugo Gutiérrez Vega considera que Aura inicia una de las vertientes más especiales en la obra de Fuentes, aunque de alguna manera está emparentada con Las buenas conciencias y algunos de sus cuentos.
“Pero Aura ocupa un lugar especial en la obra de Fuentes, porque es un modelo y un prodigio de novela fantástica, que al mismo tiempo, escribe los rasgos principales de la moral social de nuestro país, después del movimiento revolucionario.
“Creo que es una obra de fina ficción que se relaciona con el sueño, la imaginación y los distintos niveles de la realidad y de la fantasía en el ser humano. Por esta sola obra debemos considerar a Fuentes, como uno de nuestros grandes clásicos y como un escritor universal”.
El músico Mario Lavista recordó que en 1986 comenzó a realizar la ópera basada en la novela Aura con el apoyo de la Fundación Guggenheim y la obra se estrenó en el Palacio de Bellas artes en 1988.
“En la ópera Aura se agregaron muchos elementos orquestales, en un principio se había pensado realizarla con un grupo de cámara, pero a medida que se desarrollaba la obra y musicalmente se entraba en el universo de los personajes se fue haciendo más grande la parte musical, todo ello para rendir homenaje a esta gran obra que ha acompañado a nuestra cultura desde hace cinco décadas”.
Por su parte, el coreógrafo Guillermo Arriaga Fernández dijo que las muchas expresiones, como el teatro y la ópera, que han adoptado dicha historia dan cuenta del profundo impacto que tuvo en las conciencias de los mexicanos.
“De esta obra de Fuentes se desprendieron no sólo ideas para numerosos creadores, sino que su presencia en la danza, en el cine, en el teatro, en la música, nos presenta de forma arquetípica a una mujer que nos hace vivir una especie de fusión de muchos Méxicos en uno solo, marcando indudablemente nuestros laberintos internos como parte de esta nación”.
Y añadió: “Todos los militantes de mi generación hemos vivido desde nuestras bibliotecas la espléndida vorágine literaria de la segunda mitad del siglo XX, con esos valores, esa mexicanidad, esas ideas cuajadas en nuestra raíz, por ello Aura es la novela que más claramente encierra todos esos elementos”.
El escritor y académico Arturo Azuela definió a Aura como una obra maestra, una novela con diferentes planos que se entrecruzan y dan lugar a un mundo fantástico y lleno de matices y bifurcaciones.
“En un lugar pequeño, en un ambiente íntimo y tradicional, una mujer desdobla sus secretos y nos da a conocer diversos acontecimientos que se tornan fantásticos y simbólicos, mientras el hombre que trabaja para ella, tiene como premisa no abandonar la casa hasta que concluya el trabajo. Es una novela breve, indudablemente magistral, y que deja clara la universalidad de Carlos Fuentes”.
Finalmente, el investigador universitario Juan José Escorza Carranza opinó que esta obra de Fuentes, en la medida que introduce las nuevas técnicas narrativas, fue un estímulo no sólo para los escritores, sino para otros creadores, como los compositores mexicanos, que inspirados por el texto fueron incorporando nuevas técnicas.
“Un caso digno es el de Manuel Enríquez, que puede considerarse como un hermano espiritual de Carlos Fuentes, aunque la consecuencia más importante de la obra de Carlos Fuentes, es la ópera Aura, de Mario Lavista, quien logra una obra sui géneris en el campo de la música mexicana. Podría considerarse una anti ópera porque no utiliza los recursos dramáticos convencionales sino, siguiendo el ejemplo de Debussy y de Bartok, crea una obra de atmósferas que traduce magistralmente los planteamientos de la novela”.
Y concluyó: “Las atmósferas de misterio y de ambigüedad magistral que están presentes en Aura, están presentes también en esta obra musical, estimo que debiera reponerse como un homenaje a Fuentes en el cincuentenario de Aura, pues se trata de una obra maestra muy gratificante para los buenos aficionados a la música”.
Celebrar la novela Aura es recordar la memoria de uno de los escritores mexicanos cuyo talento trascendió fronteras: Carlos Fuentes, quien falleció el pasado 15 de mayo de 2012.