Cartas de Frida a su madre revelan a una mujer cariñosa, sensible y mordaz
El Discurso
Lunes, 10 de Octubre de 2016
Por primera vez, un libro recoge 54 cartas escritas por Kahlo a su madre entre 1923 y 1932 desde la Ciudad de México, San Francisco y Nueva York.
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Frida Kahlo (1907-1954) es la pintora latinoamericana mejor cotizada. Sus cuadros, su historia atormentada, las cejas juntas, los trajes coloridos y su feminismo hicieron de la esposa del muralista Diego Rivera un ícono incluso más allá del arte.
Por primera vez, un libro recoge 54 cartas escritas por Kahlo a su madre entre 1923 y 1932 desde la Ciudad de México, San Francisco y Nueva York. Se llama Tu hija Frida: cartas a mamá (Siglo XXI Editores) y empezará a circular en los próximos días en México.
El compilador es el catedrático venezolano Héctor Jaimes, especialista en literatura y cultura latinoamericanas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, que analizó, transcribió y revisó las cartas, acompañadas de fotos y manuscritos.
Con letra clara y algunos errores de ortografía o de puntuación, Kahlo se revela como mujer cariñosa y sensible y observadora mordaz y graciosa, en una etapa en la que empieza a tener conciencia de sí misma como pintora y como figura.
Les caí bien a todos los gringos, estuvo bonita la cena, yo fui con mi camisa bordada y de rebozo y fui el éxito, pues aquí son muy sonsos y les llama la atención cualquier babosada, escribe el 13 de enero de 1931 desde San Francisco.
Kahlo aparece en sus cartas sin intermediarios. Una Frida adolescente cuenta que la sacaron de una clase de matemáticas por dar guerra y que irá a escuchar en su escuela una conferencia sobre Rusia de Diego Rivera, con quien todavía no tenía relación.
Es una de las cosas más bellas del libro: la voz de Frida Kahlo. Es como si uno la pudiera escuchar. Es una persona extremadamente sensible, impulsiva, y ese impulso se nota en las cartas, dijo Jaimes en entrevista telefónica desde Carolina del Norte.
Habla de cosas muy cotidianas: sobre una competencia de baile de tres días, lo sorprendente y maravilloso del barrio chino de San Francisco, la división de clases en Los Ángeles. En todas las cartas lo fascinante es que está presente la profunda sensibilidad de Frida. Esa voz cotidiana, familiar, fresca.
En total son 11 cartas o mensajes cortos escritos por Frida a su madre, Matilde Calderón, en México entre los 16 y los 22 años, y otras 43 cartas enviadas desde Estados Unidos en sus primeros años de matrimonio con Rivera, cuando él fue contratado para pintar en ese país y viajaron juntos.
Todas las cartas mexicanas, menos una, pertenecen al Museo Frida Kahlo Casa Azul, de la Ciudad de México. Las restantes forman parte de la colección Nelleke Langhout Nix y Marianne Huber del Museo Nacional de Mujeres Artistas de Washington.
El libro se presentará el 27 de noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y, según adelanta su compilador, estará en el catálogo de Siglo XXI para la Feria de Fráncfort este mes.