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Biblioteca Central Obra Monumental de Juan O’Gorman.

El Discurso
Lunes, 16 de Abril de 2012

En este mural se subrayan dos aspectos de la conquista española, el civil y el religioso. Foto: PI/Antonio Nava       ver galería

El muralismo movimiento artístico que emerge para consolidar la idea de un México postrevolucionario auspiciado desde el despacho del entonces encargado de colocar las bases de una reforma educativa, José Vasconcelos, convocó a jóvenes pintores para dar forma a este movimiento plástico donde el lienzo sería las paredes de edificios públicos.

Artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros nutrieron con libertad y creaciones plásticas en la elección de temas con un rico pasado precortesiano y colonial, mostrando un mundo nuevo revolucionario con el desarrollo de un arte monumental y público encaminado a fortalecer lo tradicional y popular.

El movimiento integró de tal manera su plasticidad en los edificios públicos y la arquitectura virreinal, como los excelsos trabajos en la Escuela Nacional Preparatoria, que lleva al espectador por un recorrido de colores y formas apoyados en ideas de verdaderos cronistas de la historia mexicana, donde el sentimiento nacionalista está hondamente marcado, en lo que respecta a su técnica readecuaron el empleo al fresco y de la encáustica, utilizando nuevos materiales y procedimientos que aseguraban larga vida a las obras realizadas en el exterior.

En la Universidad Nacional Autónoma de México trabajaron los muralistas David Alfaro Siqueiros quien se aboco a el edificio de la Rectoría y Diego Rivera en el Estadio Olímpico, con un mural inconcluso

Mientras Juan O’ Gorman trabajo en la Biblioteca Central, el muralista coyoacanence construyó uno de los más maravillosos edificios que se pueden tomar como ejemplo, surgidos del movimiento muralista: la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, concebida en su creación plástica por O’ Gorman quien proyecto de 1949 a 1951, este edificio de cuatro mil metros cuadrados esta bellamente cubierto por piedras naturales para garantizar su permanencia.

En sus memorias el arquitecto describe que reunido con Carlos Lazo idearon hacer el mural utilizando piedras de colores para realizar los mosaicos, técnica que conocían bastante bien.

O” Gorman para llevar esto acabo consulto a un ingeniero de minas amigo de su padre donde le oriento los lugares donde obtener las piedras después de innumerables viajes al interior de la republica pudo obtener la materia prima.

Esta técnica le ha dado mayor resistencia a los murales y ha hecho que resistan los diversos cambios climáticos, el edificio, ejemplo de la corriente funcionalista, se encuentra recubierto con un mosaico de 10 colores de piedras naturales, traídas de diferentes canteras y minerales del país.

Al abordar esta obra monumental el arquitecto Juan O’Gorman, se hizo el planteamiento plástico de hacer un mural a partir del uso de piedras de diversos colores que plasmaran símbolos religiosos y geográficos de las civilización prehispánicas.

La representación de Tláloc, esta en el lado norte de la Biblioteca Central o las referencias al carácter lacustre de la antigua capital mexica, área que corresponde al actual Centro Histórico de la Ciudad de México, se encuentran también los jeroglíficos de las principales ciudades que bordeaban el lago de México: Coyoacán, Churubusco, Iztapalapa, Xochimilco, Azcapotzalco y Tacuba.

El conjunto arquitectónico se distribuye en un cuerpo horizontal en cuyas fachadas se alternan fajas de piedra volcánica, con espacios ocupados por vidrieras que terminan en grandes superficies de ónice traslúcido de color ámbar.

Superpuesto sobre de esta estructura, un gran cubo forma el cuerpo vertical muestra en la base una franja de vidrieras y muros bajos que forman el piso abierto, después se despliegan diez pisos, con las composiciones pictóricas que hacen de este edificio la construcción emblemática de Ciudad Universitaria.

En la parte central se recrea la fundación de México Tenochtitlán, origen y esencia de la ciudad capital de los mexicas, en el que se encuentran presentes los tlatoanis de México-Tenochtitlán, acompañados de sus respectivos jeroglíficos.

Representados en códice nahuas, del lado izquierdo se encuentra el sol, Tonatiuh; el del lado derecho pertenece a la luna, las deidades y escenas que lo decoran representan al ámbito de lo negativo y tenebroso, la oscuridad y la muerte.

Junto al sol, aparece el dios benéfico Quetzalcóatl, la serpiente emplumada; por debajo del cuerpo de la serpiente se ven dos divinidades mesoamericanas: Tláloc, el “Dios de la lluvia”; Quetzalcóatl, en su forma humana. En la parte media se encuentra Tlazoltéotl, la “Diosa del parto”, de la agricultura; a su derecha Ehécatl, “Dios del viento”, entre otras deidades. Estos trabajos se terminaron en 1951.

En la pared del lado sur, se observa una visión del mundo europeo en conjunción con el indígena, y desarrolla el esquema del mundo colonial novohispano. En el mural se ubican del lado derecho las armas y frutos de la guerra; del lado opuesto, los frutos de la cultura más o menos constructora., en la parte central va colocado el escudo de la universidad.

En este mural se subrayan dos aspectos de la conquista española, el civil y el religioso. el muro oriente de la Biblioteca, muestra el átomo como centro de la nueva cosmovisión, como el principio generador de la energía vital de los vegetales, las aves, los peces, los reptiles y el hombre, y de la energía potencial de los minerales.

La realidad histórica del mundo contemporáneo, con la estrella roja del socialismo y el libro abierto de la cultura, también es representada por Juan O’Gorman.

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